La primera ministra británica, Theresa May, presentó ayer los documentos formales para abandonar la Unión Europea (UE), empujando al Reino Unido hacia lo desconocido y desencadenando años de negociaciones inciertas que pondrán a prueba la unidad del bloque continental.
Nueve meses después de que los británicos apostaran por el Brexit, May notificó por carta al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que el Reino Unido de Gran Bretaña renuncia al grupo. En el documento entregado ayer al presidente de las cumbres europeas, May pidió negociaciones paralelas no solo sobre los términos del divorcio, sino acerca de un nuevo pacto comercial.
‘Deberíamos comprometernos entre nosotros de manera constructiva y respetuosa, en un espíritu de cooperación sincera‘, escribió May. Se refirió -dos veces- a las ‘obligaciones‘ de Londres ‘como estado miembro saliente‘, asumiendo las demandas de Bruselas de que deberá pagar una ‘cuenta por el Brexit‘, posiblemente del orden de 60.000 millones de euros, para cubrir los compromisos pendientes antes de que Reino Unido se vaya.