Sálvese quien pueda. Videos grabados durante el ataque mostraban a personas en pánico mientras huían del fuego sostenido que caía sobre el predio donde se realizaba el concierto.

 

Sobrevivientes de la masacre describieron ayer escenas de muerte y desesperación, con "balas volando por todas partes" y cadáveres "en charcos de sangre", gente despavorida que buscaba refugio detrás de lo que podía encontrar y heridos que eran evacuados en cuanto vehículo estuviera disponible.

"Cuando sonó el primer disparo, parecían fuegos artificiales. Y después terminó no sonando a fuegos artificiales para nada", dijo un joven en declaraciones al canal local KSNV-TV cinco minutos después del final del ataque. "Balas volando por todas partes. Todos corriendo. Estaban disparando desde un lugar alto, vaciando cargador tras cargador tras cargador", dijo. Taylor Benge, un joven de 21 años, dijo que vio "cuerpos de personas tirados en charcos de sangre". "A un metro y medio de donde estaba yo, hacia mi izquierda, había un hombre con una herida de bala en el mentón. Estaba muerto en el suelo", recordó. En medio de lo que describió como un infierno de "200 a 300 disparos", Benge dijo que él y su hermana se arrojaron al piso, antes de poder salir del lugar sanos y salvos, aunque manchados con la sangre de otros que no corrieron la misma suerte.

El jugador profesional de póquer, actor y celebridad de Internet Dan Bilzerian se filmó huyendo del concierto blanco del ataque a tiros y dijo haber visto a una joven que recibió un balazo en la cabeza delante de él. "La put… madre, a esta chica le dieron un disparo en la cabeza. Qué locura", se oye a Blizerian decir durante el video, antes de afirmar que había ido a buscar un arma y que estaba regresando a la escena del tiroteo. "Vi a una chica cuando era baleada en la cara, (con) sus sesos colgando", aseguró, con gritos de fondo.

Christine, una mujer de mediana edad, dijo que la intensidad de los disparos la llevó a pensar que había más de un tirador. "Fueron cientos de disparos, la gente se escondía bajo las sillas, atrás de los pilares de las torres de luces y donde podían. Y todos nos decían que corramos", apuntó. Desde su privilegiado lugar en el bar del piso 64 del vecino Hotel Delano, Jake Freedman pudo ver "gente que era masacrada justo delante de nosotros". Al volver la vista hacia el escenario del concierto, Freedman se encontró con más horror."Justo frente estaba tan bien iluminado, por las luces de un concierto profesional, que se podía ver claramente a decenas y decenas de cuerpos en el suelo, apilados unos sobre otros.