La causa por la presunta violación de una chica de 21 años a manos de un remisero que aguardaba ser nombrado como oficial de Policía fue elevada a juicio por el juez de Garantías Eugenio Barbera. La UFI Cavig dio por cerrada la investigación y el fiscal José Plaza anticipó al juez que pretende una condena de 7 años y 6 meses de cárcel cuando Brian Morales (23) sea enjuiciado, planteo al que adhirió el querellante Renzo Quero. En tanto, el defensor oficial Hugo Trigo intentará demostrar que el imputado es inocente, con la versión de que "fue una relación consentida entre dos personas mayores de edad", tal cual expresó el jueves pasado en su último intento por lograr el sobreseimiento de Morales, recibiendo un revés del juez.
La pretensión punitiva provisoria de Fiscalía se acerca al castigo mínimo que comprende el delito que le imputan, abuso sexual con acceso carnal, que tiene penas de 6 a 15 años de prisión.
El hecho ocurrió el 30 de abril de este año. Dos días después Morales fue detenido en Rawson y permaneció preso hasta el 22 de junio, cuando lo excarcelaron. Actualmente sigue libre y, de no mediar ningún imprevisto, llegará así al inicio del juicio. Las principales pruebas con las que cuenta el Ministerio Público Fiscal son el testimonio de la chica y el informe psicológico, que arrojó que en su relato existen signos propios de las víctimas de abuso sexual. Además, un médico detectó lesiones en sus partes íntimas, confiaron los investigadores.
En la otra vereda, el remisero y su defensa van por la teoría del consentimiento. En la audiencia inicial de la causa Morales había dicho que "no ejercí violencia, fue todo consentido, jamás haría algo así". Sin embargo, en diálogo con este diario, la denunciante había afirmado que "nada fue consentido" y que por el ataque tenía "muchos desgarros internos".
EL HECHO
Morales y la víctima se conocían. Esa noche, ella había salido a bailar con una amiga y a la salida buscaban un remís cuando se cruzaron a Morales, quien ofreció llevarlas en su Fiat Siena. Las jóvenes, que le pidieron que las dejara en la heladería donde trabajaban, dijeron que en el camino les hablaba de hacer un trío y que amagaba con entrar a hoteles alojamiento. La denunciante agregó que se negaron y que luego fueron a la zona de la heladería, donde la amiga se bajó. Dijo que Morales allí la besó a la fuerza y que arrancó sin que ella pudiera bajarse. El remisero estacionó en Huaco y Caseros, Capital, en una parte oscura donde hay un paredón. Allí, siempre según la denuncia, obligó a la chica a hacerle sexo oral, quien accedió "por miedo". Luego le desprendió el pantalón y el body y la penetró vía vaginal. Mientras que después hizo lo mismo pero por el ano, pese a que ella le decía que no llorando. Tras eso, el imputado limpió la escena con una gamuza que luego fue hallada tirada con sangre, materia fecal y otros fluidos corporales. Finalmente Morales dejó a la joven cerca de la heladería, donde la auxiliaron cuando gritaba que quería bañarse.