El grupo de vecinos que representa a unos 2.000 adjudicatarios que reclaman un nuevo sistema de actualización de cuotas del IPV se reunió con funcionarios de Gobierno para buscar otra alternativa. Desde el Ejecutivo les llevaron tranquilidad, reiteraron que los cánones estarán congelados este año y que el esquema seguirá igual por el momento.
El reclamo comenzó por parte de los últimos 2.000 adjudicatarios que si bien no buscan cuotas fijas, pretenden otro mecanismo de actualización que no esté atado a la inflación, teniendo en cuenta la crisis que atraviesa el país. El grupo se reunió ayer en la Legislatura y luego se encontraron con funcionarios del Ministerio de Hacienda y el IPV.
El nuevo mecanismo que puso a rodar la repartición establece un sistema de actualización que está ligado a la inflación. Pero la propia ley determina que si la suba del nivel de precios supera el índice salarial, el IPV está en condiciones de fijar un límite, hasta que la situación regrese a la normalidad. Fue así que los funcionarios pusieron el tope a las cuotas para este año. El valor a pagar dependerá de los recursos de cada familia. En el caso que cuenten con ingresos menores a dos salarios mínimos, vitales y móviles, esto es, inferiores a 25 mil pesos, pagarán 1.875 pesos. Por otro lado, el monto máximo de la cuota será de 3.500 pesos.
Con el nuevo esquema, el IPV tuvo como objetivo conseguir fondos para la construcción de más barrios. Para acceder a la cuota mínima, cada adjudicatario tiene 60 días para realizar el trámite y ver si cumple con los requisitos. Tras ese período, la repartición se tomará otros 30 días para analizar si cada caso encuadra en el esquema, por lo que los adjudicatarios estarán pagando la primera cuota a mediados de julio. En el caso de los que tengan haberes superiores al piso establecido, también podrán realizar el desembolso en ese mes.