Aunque la ilusión suya y de todos estaba intacta, el mismo Ricardo Darín, cabeza de Argentina, 1985, había abierto con tiempo el paraguas considerando las bondades de Sin novedad en el frente, la superproducción alemana que anoche ganó la pulseada y se quedó con el Oscar a Mejor película internacional, rompiendo el corazón de los albicelestes que allá, acá y en distintas partes del mundo soñaban con ver a sus compatriotas subir al escenario a recibir la que hubiera sido la tercera estatuilla para el país. No pudo ser. El resultado no fue una gran sorpresa, es cierto, pero que dolió, dolió.
Luego del show musical de Naatu Naatu (una de las canciones en competencia) y de un institucional del Museo de la Academia -impasse que para muchos se hizo muy largo por la ansiedad- finalmente la mexicana Salma Hayek y el español Antonio Banderas entraron a escena en el Dolby Theatre de Los Ángeles para presentar el apartado, el noveno de la lista. Y en medio del silencio (allá y acá) largaron el típico "And the Oscar goes to….’, pero nombrando inmediatamente después a Sin novedad en el frente, que se alzaba así con su primer premio de un total de nueve candidaturas (al cierre de esta edición había sumado Banda sonora y Diseño de producción).
Luego de las palabras de rigor de los triunfadores, la ceremonia siguió su curso sin más… pero claro, ya no fue lo mismo para quienes abrazaban la esperanza de otro Oscar para Argentina. Las guionadas cámaras no enfocaron al resto de los aspirantes a esa estatuilla, así que no se pudo ver de inmediato la reacción de la troupe argenta. En ese momento, fue Axel Kuschevatzky (productor) quien se expresó en Twitter: "Gracias por tanto amor, tanta pasión y por dejarnos contar una historia tan maravillosa, relevante y por sobre todas las cosas, nuestra. El de Argentina, 1985 es un viaje alucinante y una forma de buscar construir una memoria colectiva. Este agradecimiento es infinito’, tipeó. Paralelamente, las reacciones de famosos y desconocidos coparon las redes sociales, con mensajes de enojo, lamento y apoyo. ¡Y no faltaron los memes!.
Desde temprano, postales de la delegación encabezada por el director y los protagonistas comenzaron a transitar las redes sociales y portales de noticias, en la previa a la gala de la industria más llamativa. Allí, por supuesto, estuvieron Lanzani y Darín, que se mostraron distendidos y divertidos ante las cámaras y los flashes. "Él se llama Peter Lanzani, de los mejores actores que hay en la Argentina. Yo soy Ricardo Darín y estoy acompañándolo en este desafío’, dijo en una de las notas el protagonista, quien -a diferencia de lo que sucedió cuando ganó El secreto de sus ojos- esta vez sí pudo disfrutar de la gala, aunque la fiesta no haya sido completa.
Apostillas
* La presentación de rubros fue, en general, ágil, sobria y limpia. Y el tiempo para los discursos muy acotado. De eso bien supo Judy Chin, quien luego que su compañero agradeciera por el Oscar a Maquillaje y peinado (por La ballena), tomó el micrófono e inmediatamente le pusieron la música, por lo que no pudo decir nada.
* El toque político no estuvo ausente y no tardó en aparecer. Vino con el triunfo de Navalny como documental. El film gira en torno a un activista ruso, preso por su oposición al gobierno de Putin. En el agradecimiento, su esposa dijo: "Alexei, sueño con el día en que seas libre y nuestro país sea libre’
* La ceremonia tuvo una invitada muy particular, que subió al escenario muy tranquila, miró a todos con cierta indiferencia y arrancó sonrisas: fue Jenny, la burrita del film Los espíritus de la isla.
* Axel Kuschevatzy fue figura en la alfombra roja -o mejor dijo champagne, color que eligieron para este año- ya que además de estar en la conducción de esa instancia, también es productor de Argentina, 1985. "Sí, soy una pila de nervios, reconoció ante sus compañeras’.
* Las canciones nominadas, interpretadas en vivo, fueron un show paralelo. Entre las puestas se destacó This is a Life (de Todo en todas partes al mismo tiempo), con un blanco abanico de música, canto y danza. Y también el éxito Naatu Naatu (RRR), que no se quedó atrás en despliegue y que puso a la vista de todos un diferente y brillante fragmento de la cultura india.
* El día previo a cada ceremonia de los Oscar se entregan los Razzies, que destacan lo menos logrado del último año. En su 43ra. edición destacaron a "Rubia", polémica cinta de Andrew Dominik protagonizada por Ana de Armas, que retrata a una Marilyn Monroe dañada y traumatizada, como la peor película. También se llevaron su "premio’ "Elvis", la biopic sobre el "Rey del del rock and roll", por la que Tom Hanks se impuso como Peor actor de reparto; y "Morbius", centrada en el antihéroe de los cómics de Marvel, que le valió a Jared Leto el premio a Peor actor, entre otras.
Ganadora
1986. La historia oficial, de Luis Puenzo, con Norma Aleandro y Héctor Alterio. Fue el primer Oscar para América Latina en este apartado y también estuvo nominada en Mejor guión original. El realizador recibió la estatuilla junto a Aleandro, quien anunció el triunfo. Entregó Jack Valenti, presidente de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos.
Ganadora
2010. El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella, con Ricardo Darín, Soledad Villamil y Guillermo Francella. En la foto, los presentadores del rubro, Quentin Tarantino y Pedro Almodovar (quien anunció al ganador), junto a Campanella, Francella y parte del equipo. Darín y Villamil no pudieron asistir a la ceremonia por razones de trabajo.