La gente que se reunía en la esquina de Arenales y Echeverría, Rivadavia, ayer por la tarde se convertía en el imán de otros curiosos que se acercaban a conocer el motivo, que se enteraban al levantar la mirada y ver un ave de gran porte, apoyado sobre un pilar de luz. Por su cabeza roja, y una envergadura que superaba el metro y medio cuando desplegaba sus alas, el animal fue considerado un cóndor por la mayoría de los presentes, aunque otros apostaban porque en realidad era un jote.
Personal de la Policía Ecológica se acercó hasta el lugar y con unas fotos que compartió un vecino, consultaron a especialistas y luego, cuando la mayoría ya se había retirado a sus hogares, se enteró que en realidad se trataba de un jote de cabeza colorada.
Aunque en realidad la prioridad policial era constatar el estado de salud del ave, que al volar primero desde el pilar hasta un alto pino y luego a otro, recorriendo unos 100 metros, ya supieron que se encontraba bien, sin lesiones de consideración, por lo que no era necesario desplegar un operativo para tratar de capturar al animal y realizarle tratamiento médico.
La custodia policial se extendió hasta el ocaso para evitar que alguien lastimase al animal, cuando "la novedad" del día en el Barrio FOEVA y alrededores ya había pasado, con sus comentarios.
Romina Caballero estuvo entre los testigos. "Como coincidió con el horario de la salida de las escuelas de la zona, es que se reunió mucha gente, especialmente estudiantes. No parece que estuviera lastimada o tuviese algún problema el ave", afirmó Romina, como mostrando cierto desacuerdo con una de las "teorías" que más circuló en la muchedumbre: se trata de un cóndor que antes de morir deja la montaña.
El veterinario Iván Simoncelli, integrante del Parque Faunístico, aseguró que "el animal es un jote de cabeza colorada. Podría confundirse con un cóndor hembra, porque no tiene la cresta, pero por la disposición de las plumas blancas, en la parte inferior de las alas es que se puede diferenciar que es un jote y no un cóndor". Simoncelli agregó que "es un animal de la zona periurbana y se metió un poco más en el área de edificaciones. Lo importante es que la gente adquiera más conciencia que estos buitres no significan ninguna clase de riesgo y que no hay que agredirlos con armas de fuego o piedras por ejemplo. Muchos llegan lastimados al Parque Faunístico y hay que protegerlos porque pertenecen a la fauna autóctona".