El Monumental quedó en el ojo de la tormenta esta semana por los problemas que atraviesa su césped: se roció el césped con un herbicida que arruinó el campo, en lugar de hacerlo con un fungicida y un insecticida. Mientras los empleados trabajan contrarreloj para solucionarlo, River anunció una modificación importante en el estadio.

 

“River se despide de los alambrados”, indicó el comunicado del club, que explicó que el objetivo es modernizar las instalaciones. ¿Dónde? En los sectores Sívori y Centenario bajas, justamente detrás de los arcos, debajo de las populares del Monumental.

 

La noticia genera, para algunos, una incomodidad ante un fútbol argentino en el que se repiten los episodios de violencia en las canchas. Por eso, rápidamente, desde la institución aclararon cuál fue la nueva medida de seguridad impuesta en el estadio.

 

“El club realizó una obra a partir de la cual se instalaron cercos perimetrales de dos metros de altura sobre el segundo carril de la pista de atletismo, abarcando 200 metros lineales en total”, se remarcó.

 

Además, con esta decisión, se ampliará la capacidad del estadio. River recuperó seis filas en cada cabecera, lo que representará tener 3 mil ubicaciones más disponibles. Hasta ahora el Antonio Vespucio Liberti contaba con 57.921 lugares.

 

Haber retirado el alambrado obedece también a un pedido de los organismos de seguridad referido a evitar la colocación de banderas que impidan la visualización del partido de los espectadores en esos sectores.

 

También habrá una consecuencia económica. “Los cercos instalados le brindan al club la posibilidad de aprovechar con marcas y sponsors los metros visibles en campo de juego y tiro de cámara, lo cual representa una mejor posición a la hora de negociar patrocinios y redunda en la generación de mayores ingresos para la Institución”, explicaron desde el club.