Hay una gran diferencia entre Robert Plant y la mayoría de los rockeros legendarios, Plant es inquieto, no puede quedarse mucho tiempo en el mismo lugar, le incomoda la comodidad, cambia, evoluciona, toma riesgos, y a esta altura de su carrera eso es más que admirable.
Hace una década su renacimiento creativo quedó plasmado en el disco “Raising Sand” (2007) junto a la talentosa Alison Krauss, luego llegó el proyecto “Band Of Joy” (2010) y “Lullaby And… The Ceaseless Roar” (2014), todas fueron propuestas más que interesantes. El ex cantante de Led Zeppelin y The Honeydrippers, ahora llega con “Carry Fire”, una impecable producción de buena factura.
Para “Carry Fire”, Plant toma sonidos que descubrió viajando por el mundo, elementos de músicas aborígenes, a los que incluso les sumó ritmos y texturas orientales. También le da lugar al rock más tradicional en “New World…” y una declaración de amor en la acústica “Season’s Song”. Las mejores canciones contienen elementos tomados del rock y de lo más primitivo, como en “Queen Of May”, las guitarras de “Bones Of Saints” y el deseo de “Bluebirds Over The Mountain", que cuenta con la colaboración vocal de Chrissie Hynde (The Pretenders).
Los otros invitados en “Carry Fire” son el albanés Redi Hasa (cello), Seth Lakeman (viola y violín) y la actual banda que lo acompaña, los Sensational Space Shifters.
Líricamente, Plant mira con nostalgia el pasado, mientras ve su envejecimiento y la proximidad de la muerte como un tema que ocupa su cabeza. “Y ahora el carnaval ha terminado, alguien apagó la luz”, canta en “Dance With You Tonight”. Esta es una temática recurrente en “Carry Fire”, incluso cuando Plant no lo dice explícitamente, hay canciones que están linkeadas por este tema, una suerte de recordatorio acerca del ciclo de la vida. “Las estaciones cambian, y una vez más nuestro mundo cambiará”, canta en “A Way With Words”.
Los rugidos en la voz de Plant ya no están tan presentes y aparecen solo en registros altos, ya dejó atrás los días de de “Whole Lotta Love” y parece estar bien con eso. “Carry Fire” tiene las mismas bases musicales que alguna le fueron efectivas a Led Zeppelin, como el blues y las influencias orientales que antes habíamos escuchado en, por ejemplo, “Kashmir” (1975), solo que ahora los adopta naturalmente gracias a la experiencia que le dieron los años.
Hace unos días un colega me preguntaba si este disco tendría algo similar a “29 Palms” (1993), la respuesta es “no, afortunadamente no”, ya tuvimos un “29 Palms” hace 24 años, pedirle que siga haciendo lo mismo es confinarlo a mantenerse estancado. Robert Plant está de regreso y suena como si estuviera en casa.