Desde el 7 de diciembre pasado la vida de Rocío Herrera Marín (15) pende de un hilo porque desde esa fecha ingresó a estar en emergencia nacional en busca de un trasplante de corazón. Anoche finalmente llegó el órgano y hasta esta madrugada un equipo de cirujanos la operó en el Hospital Garrahan, de Buenos Aires.
Según confirmaron a DIARIO DE CUYO desde el entorno familiar, la operación “salió muy bien” pero que hay que esperar 72 horas para saber cómo el organismo de Rocío asimila el nuevo corazón.
Rocío ingresó a quirófano a las 22:40 del viernes, el corazón llegó un hora después y la intervención se extendió por poco más de una hora. Hay cadenas de oración para pedir por la pronta recuperación de la chica caucetera.
La historia de un adolescente luchadora
Esta caucetera, que vivía en el barrio Felipe Cobas e iba al turno noche de la Escuela Santa María de Oro, estuvo siete meses internada en el Hospital Rawson y lleva desde octubre en el Hospital Garrahan en estado delicado.
Rocío padece Miocardiopatía Restrictiva Hipertrófica Biventricular, un tipo de enfermedad poco común y que lleva a casi todos los pacientes al trasplante. Todo comenzó cuando tuvo un simple desmayo que terminó en la guardia del hospital de Caucete. Recibió el alta a las horas, pero el episodio se repitió por lo que ya fue derivada al Hospital Rawson.
“Llegó un momento donde no daban en la tecla con su cuadro, el electro le había salido mal pero no sabían lo que tenía. Hasta que hubo una teleconferencia con profesionales del Garrahan y se decidió derivarla. Ella camino poco, está lúcida pero su cuadro viene complicándose”, apuntó en su momento Silvina, hermana de la joven internada.
Es la menor de 4 hermanos -Silvina tiene 28, Romina y Roberto que tienen 23 y 24, respectivamente-. En el medio de estos meses que lleva internada lidió con los problemas propios de su cuadro y con un hecho familiar muy doloroso: su padre, Rafael Herrera, falleció hace 8 meses de una enfermedad terminal.
Y no queda ahí. Sus 15 años -el 18 de octubre pasado-, el sueño de toda adolescente, los celebró en la terapia intermedia del Hospital Rawson, donde hubo festejo y hasta vestido para la ocasión. El hecho tuvo la complicidad de médicos y enfermeros, además de su familia.