Horacio Rodríguez Larreta ya asumió que la faena mortal del COVID-19 sólo puede terminar con la aplicación masiva de las vacunas. El jefe de Gobierno porteño recibe su alicuota enviada por la administración de Alberto Fernández, pero todos las semanas sufre una crisis de abastecimiento porque no hay una provisión sistemática de dosis enviadas desde Moscú y Beijing con embarques de Sputnik V y Sinopharm. En este contexto, Rodríguez Larreta decidió abrir un canal de diálogo directo con la Casa Blanca para acceder a las vacunas que se apilan por millones en los Estados Unidos.

El jefe de Gobierno recibe a la encargada de Negocios, MaryKay Carlson, en su despacho de la calle Uspallata para plantear una posibilidad sanitaria que necesidad unir la voluntad política de dos jugadores clave: el presidente de los Estados Unidos, Joseph Biden, y su par argentino Alberto Fernández. Si ellos no avalan su estratégico plan, las dosis de AstraZeneca, Johnson, Pfizer o Moderna jamás llegarán de manera directa a la Ciudad de Buenos Aires.

Junto a Rodríguez Larreta participa del encuentro Fernando Straface, secretario General y de Relaciones Internacionales de la Ciudad, y la encargada Carlson llegó a Uspallata acompañada de James O´Mealia, consejero político interino, y James Michael Saxton Ruiz, consejero de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.

Estados Unidos tienen millones de vacunas que exceden su propia necesidad local frente al COVID-19 y que Biden analiza la posibilidad de ceder o autorizar su venta a países que sufren una crisis continúa de abastecimiento. La eventual decisión de Biden no solo tiene razones humanitarias: China y Rusia ejecutan una Diplomacia de la Vacuna en los países periféricos y la Casa Blanca pretende balancear sin demoras esa estrategia geopolítica.

Washington concederá la prioridad a los estados nacionales, y aún no decidió si abrirá una canal paralelo de entrega de vacunas a otros actores institucionales. Desde esta perspectiva, Argentina podría recibir millones de dosis que no se utilizan en los Estados Unidos y el interlocutor directo será Alberto Fernández.

Rodríguez Larreta apoya la decisión de la Casa Blanca de entregar las vacunas al Gobierno Nacional, no importa que marca ni volumen, pero a su vez preguntará a la encargada Carlson acerca de la posibilidad de acceder sin pasar por la Casa Rosada.

Rodríguez Larreta tiene una metodología de aplicación que difiere con los mecanismos usados por el Estado Nacional, y la vez que solicitó mayor cantidad mayor de dosis se encontró con la decisión política del Gobierno de habilitar al PAMI como centro de vacunación. Ya en la primera semana de esta inesperada convivencia política-sanitaria, los enfrentamientos políticos terminaron en una denuncia judicial que aún está pendiente de resolución.

El jefe de Gobierno desea que ingresen al país millones de vacunas, y reiterará a la encargada Carlson la necesidad de contar con las dosis de AstraZeneca que se terminaron de fabricar en Estados Unidos y aún tienen trabado su envío a a la Argentina. Se trata de una cuenta es simple: cuanto más llegue, más se podrá aplicar en la Ciudad.

De todas maneras, Rodríguez Larreta desea cerrar un acuerdo bilateral con Washington para no depender de los envíos aleatorios de Xi Jinping y Vladimir Putin. Prefiere contar con una provisión sistemática ordenada por la Casa Blanca para evitar que su plan de vacunación sufra alteraciones por ausencia de vacunas.

Además de iniciar las conversaciones formales sobre la posible provisión de vacunas con la encarga Carlson, el jefe de Gobierno tiene una agenda vinculada al Cambio Climático y aguarda que la pandemia disminuya sus consecuencias sanitarias y políticas para emprender un viaja a DC.

Rodriguez Larreta tiene pensado encontrarse con John Kerry, enviado especial para Cambio Climático de Biden, con la intención de profundizar la relación bilateral en un asunto global que interesa tanto al jefe de Gobierno como a la administración demócrata. Si la crisis causada por el COVID-19 cede en la región, Rodríguez Larreta viajaría después de las vacaciones de verano en Estados Unidos.