Atrás quedó la época en que las quinceañeras lo elegían como escenario para tomarse fotos. Pasó de ser un atractivo paseo verde a un lugar donde resaltan las roturas, la basura y la sequía. Es el bulevar de la Avenida Rawson, entre 9 de Julio y 25 de Mayo. Abarca diez cuadras y en casi toda esta extensión revela mal estado.
Entre fines de 2014 y principios de 2015, durante la gestión de Marcelo Lima, se inauguró la obra de reforma de los primeros tres tramos del bulevar de esta avenida, comprendidos entre las calles 9 de Julio y General Paz, General Paz y Avenida Córdoba, y Avenida Córdoba y Santa Fe. Los trabajos incluyeron parquización con césped y distintas plantas ornamentales; la instalación de bancos de madera tipo plaza, de farolas dobles y reflectores a ras del suelo para potenciar la iluminación y resaltar algunos detalles; y la construcción de glorietas de madera para enmarcar el paisaje, brindando una postal muy atractiva en este sector de la ciudad. Pero hace un tiempo todo cambió para mal. ‘Me acuerdo que al poco tiempo de que lo inauguraron al bulevar, hacían filas las quinceañeras para hacerse fotos. Lo mismo hacía cualquiera que pasaba por aquí, ya que todo estaba verde, sano y limpio. Ahora, la gente hasta duda de sentarse en los bancos por temor a ensuciarse la ropa’, dijo Marcelo Castro, kiosquero del lugar.
El tramo del bulevar de Avenida Rawson entre 9 de Julio y General Paz está en mejores condiciones.
Los bancos de madera, en los diferentes tramos del bulevar, están despintados y en parte descascarados, mientras que los de hormigón en su mayoría están rotos y cubiertos con excremento de paloma de vieja data. En tanto que las glorietas de madera se encuentran en similares condiciones.
A esto se suma las plantas secas en diferentes tramos, y los sectores donde la sequía le ganó a la parquización. Este aspecto es el que sobresale en la parte del bulevar comprendida entre Mitre y Santa Fe, donde quedaron semidescubiertas las mangueras del sistema de riego por aspersión que ya no funciona. ‘A veces vienen a regar el bulevar con los camiones tanques, pero es de tanto en tanto. Y varias plantas ya se han secado’, dijo Lucía Martínez, otra comerciante de la zona.
La iluminación es otro ítem que muestra la falta de mantenimiento. A las farolas rotas y sucias que brindan una luz tenue, se suma el mal estado de los reflectores que están a ras del suelo. La mayoría está roto, cubierto de pastos secos y sin funcionar.
Pero la imagen más lamentable y poco atractiva se da en el tramo comprendido entre Rivadavia y Laprida. Bajo la glorieta de madera, en total mal estado, hay grandes escombros acumulados que estorban el paso de la gente. Lo curioso es que nadie sabe de dónde provienen. En tanto que en el tramo siguiente, entre Laprida y Libertador, sobresalen las veredas rotas que también dificultan la circulación de peatones.
Ante esta situación, DIARIO DE CUYO quiso conocer la versión oficial sobre el mal estado de este bulevar e intentó comunicarse con las autoridades del municipio de Capital, pero no respondieron los reiterados llamados.