A sus 40 años, el ex futbolista Rubén Ceballos no sabe porqué, pero siente que la vida le dio una segunda oportunidad. El cordobés radicado en la provincia hace años, pasó por lo peor que le pasó en su vida. Estuvo 24 días internado y casi una semana en Terapia Intensiva producto de una pancreatitis aguda que lo puso contra el borde. Pero hace una semana que volvió a su casa y ahora más relajado, analiza la dura situación por la que le tocó atravesar.
El ex futbolista de Alianza, ya venía sintiéndose mal pero en los estudios no le salía con certeza lo que padecía hasta que un día no aguantó más los dolores y cuando llegó al hospital llegó el pronóstico menos alentador: tenía pancreatitis aguda, la enfermedad más grave del páncreas que, para colmo, es una zona inoperable. Ahí comenzó todo porque alcanzó avisarle a su familia y amigos y tuvo que dejar el celular para pasar a Terapia Intensiva del Hospital Rawson. "Tenía miedo porque el pronóstico no era bueno, esa primera semana estuve mal. Me alimentaban con sonda y me ponían calmantes fuertes porque los dolores eran muy fuerte. Estaba muy hinchado por la bilis, se me había ido una piedra y me había tapado un conducto y por eso se me juntaba líquido", comenta Rubén.

"Estando ahí valoras un montón de cosas. Esos días que estuve en Terapia se te pasan mil cosas por la cabeza.Te ves ahí, lleno de cables mirando el techo, no sabes si es de día o de noche y sentís ruidos típicos de una Terapia. Son cosas que te hacen ver la vida de otra manera, a valorar las simples cosas que por ahí pasan a diario y no le das valor", expresa el cordobés que estuvo dirigiendo a Los Andes de Tudcum en la pasada Copa de Campeones.
"Esos días que estuve en Terapia te pasan mil cosas por la cabeza. Te ves ahí, lleno de cables mirando el techo, no sabes si es de día o de noche. Son cosas que te hacen ver la vida de otra manera"
Los días pasaron y mientras Rubén continuaba internado y el ambiente del fútbol realizó movidas solidarias para colaborar con su familia y cadenas de oración pidiendo por su salud, de a poco Ceballos fue mejorando. El páncreas comenzó a deshincharse y llegó el momento de la operación donde lograron sacarle la piedra que tenía en un conducto y también le sacaron la vesícula. "Gracias a Dios que salió todo bien. Esto me sirvió para valorar cosas, me emocioné cuando me senté en la cama y ni te digo lo que significó volver a pararme", comenta orgulloso.

"Sentí que la vida me dio otra oportunidad, estoy en la mitad de mi vida a los 40 años con muchas cosas por querer hacer para seguir ligado al fútbol. Soy un agradecido a Dios y a los doctores porque esta nueva posibilidad. Hay gente que no la puede contar y yo tengo la suerte de poder estar acá para contarla", expresó el ex futbolista que ahora disfruta en casa de su mujer Fátima y sus tres hijos Luli, Emilia y Valentino. A la vez, Rubén agradece a todo el personal del Hospital Rawson y a todo el ambiente del fútbol que se unió para enviarle fuerzas.
