Moscú está preparado para ordenar la salida de diplomáticos británicos en respuesta a la decisión de la primera ministra Theresa May de expulsar a 23 ciudadanos rusos, mientras las relaciones con Londres se degradan a mínimos posteriores a la Guerra Fría tras el ataque a un exespía ruso en suelo británico.
Después del primer ataque conocido con un agente neurotóxico en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial, Reino Unido responsabilizó a Moscú y le dio una semana para abandonar el país a 23 enviados rusos que según Londres trabajaban como espías encubiertos en la embajada británica.
Según la agencia de noticias RIA, que citó al embajador ruso en Gran Bretaña, los diplomáticos abandonarían Londres el 20 de marzo.
En la vísperas de las elecciones presidenciales de mañana en Rusia que le abriría a Vladimir Putin las puertas a un cuarto mandato consecutivo, el mandatario ruso también resolvió ayer la apertura de sendas causas penales por intento de asesinato contra la ciudadana rusa Yulia Skripal, envenenada el 4 de marzo junto a su padre, el espía doble Serguei Skripal, en la ciudad inglesa de Salisbury, y por el “asesinato” del empresario ruso Nikolái Glushkov.
De manera separada, la policía en Londres también lanzó una investigación por asesinato por la muerte esta semana de un asociado ruso del difunto magnate Boris Berezovsky, pero dijo que nada en esta etapa sugiere una ligazón con el ataque al exespía ruso y su hija.
Rusia ha negado cualquier participación en el caso, acusando a Reino Unido de ser una potencia post-colonial trastornada por el Brexit. Moscú incluso sugirió que Londres inventó el ataque para desatar una histeria contra Rusia.
Consultado en Astaná, la capital de Kazajistán, sobre si Moscú expulsaría a diplomáticos británicos, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, sonrió y dijo: “Lo haremos, por supuesto”.
El jueves, los líderes de Francia, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos emitieron un comunicado conjunto pidiendo a Moscú que explique el ataque. El presidente estadounidense, Donald Trump, aseguró que parecía que los rusos estaban detrás del hecho. Mientras, la canciller alemana Angela Merkel dijo que una cumbre de la Unión Europea la próxima semana discutiría el tema, en primera instancia para buscar claridad. Aseguró que cualquier boicot a la Copa del Mundo de Fútbol en Rusia, entre junio y julio de este año, no era una prioridad inmediata.
Rusia se ha negado a las exigencias de Londres de explicar cómo Novichok, un agente neurotóxico desarrollado por el Ejército soviético, fue utilizado para atacar a Skripal, de 66 años, y su hija Yulia, de 33, en la sureña ciudad inglesa de Salisbury.
En una muestra de lo tensa que está su relación, los ministros de Reino Unido y Rusia intercambiaron declaraciones abiertamente ofensivas, mientras que el viernes el embajador Alexander Yakovenko afirmó que Londres estaba tratando de desviar la atención de los problemas que está teniendo con las gestiones para la salida de la Unión Europea.