Empresarios y gremios acordaron ayer en el plenario del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil que el piso de remuneraciones aumentará 13% más hasta fin de año. Es decir que el salario mínimo será de $32.000 desde noviembre.
El cónclave de cámaras empresarias y sindicatos determinó que habrá dos aumentos más del salario mínimo en lo que resta del año. El primero será en septiembre (para los sueldos a cobrar en octubre), de un 9%, que llevará el piso de ingresos laborales a $31.104, según especificó uno de los participantes del consejo tripartito, del que forma parte también el Ministerio de Trabajo.
En segundo lugar, habrá un ajuste de 4% en octubre (a cobrar en noviembre) que elevará esa suma a $31.968, aunque se decidió en el Consejo redondear la cifra hasta $32.000. De esta manera, el aumento total con el que terminará el salario mínimo, vital y móvil en 2021 será de 48%, unos tres puntos porcentuales por encima de la inflación esperada por el Gobierno y en línea con la suba de precios que proyecta el sector privado.
Por último, habrá una última actualización de 3% en febrero (a cobrar en marzo) que elevará el piso de remuneraciones hasta $32.960 pero que, como en el caso anterior, será redondeado hasta $33.000. Con este último tramo de incremento, entre marzo de 2021 y marzo de 2022 la suba del salario mínimo habrá ascendido a 52% en total, estimaron fuentes gremiales.
Según estadísticas oficiales, la Canasta Básica Total de agosto, que incluye alimentos, transporte, ropa y vivienda, para una familia tipo fue superior a los $68.000. Hoy el salario mínimo en $29.160 está por debajo de la línea de indigencia.
El incremento del salario mínimo es el primero de una serie de anuncios económicos que realizará el Gobierno en los próximos días como parte un paquete de medidas en respuesta a la derrota oficialista en las elecciones primarias. Los próximos pasos serán la oficilización del nuevo mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, créditos a tasa cero con mayor alcance, bonos a jubilados y beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo y otras medidas como capacitaciones laborales.
La suba del salario mínimo es clave porque arrastra otras mejoras para distintos planes sociales. Los programas impactados por la variación del salario mínimo son el Potenciar Trabajo, el Acompañar y las becas Progresar. Pero también incide sobre el valor que el Gobierno les asigna a los subsidios Repro con los que complementa el pago de sueldos en las empresas todavía con dificultades derivadas de la pandemia.
El reajuste en el salario mínimo será la forma que tendrá el Gobierno nacional de Alberto Fernández para abordar la pérdida salarial de los trabajadores informales que, por definición, no actualizan su salario a través de negociaciones colectivas. Un aumento del salario mínimo, entonces, funcionaría como "referencia" de incrementos posibles para ese sector del mercado laboral que además es, por lejos, el más perjudicado en la carrera contra la suba de precios. De acuerdo a los últimos datos oficiales, durante la primera mitad del año quedaron unos 12 puntos porcentuales por detrás de la evolución de la inflación.