El 3 de marzo de 2020, la familia de Julieta Viñales atravesaba el peor día de su vida luego de la muerte de la joven luego de someterse a una simple operación de amígdalas. Los padres de la chica que tenía 18 años dudaron del procedimiento quirúrgico que recibió Julieta y denunciaron por mala praxis al cirujano Maximiliano Babsia.

Hoy por hoy, aún inmersa en un profundo dolor, su mamá intenta canalizar la tristeza trasformándola en solidaridad para con aquellos que menos tienen. "Mi cabeza luego de que Juli no estuviera más físicamente me cuestionaba qué iba a hacer de mi vida: si vivir en el sufrimiento y el dolor, o vivir recordándola con amor y sintiéndola dentro nuestro. Cuesta, claro que sí, con esfuerzo y queriendo uno mismo salir adelante, pero creo que se puede apartar un poquito el dolor y aprender que ella no está físicamente pero está de otra forma y se hizo notar!", contó Cyntia Aboal, que ahora se dedica a juntar alimentos para donar a merenderos. 

"Juli se merece recordarla desde el amor y no desde el dolor. No se puede retroceder el tiempo, lo que pasó no lo puedo cambiar y tenemos que aprender a vivir con ella de otra manera, desde el amor incondicional. No puedo convertir a mi hija como la causante del dolor, así que sólo me puse a pensar que camino pensaba seguir: si el dolor eterno viendo pasar mi vida sumergida en la depresión y la tristeza o darle un sentido al resto de vida ayudando a los demás", agregó.

El pasado sábado estuvo en Niquivil acercando donaciones de ropa, juguetes y alimentos no perecederos para poder festejarles el Día del Niño a los más chicos. "El merendero se llama San Ceferino y tiene muchísimas necesidades. Ellos entregan el desayuno y merienda a los niños del lugar y hay veces que también dan almuerzo. Lo realizan todo a pulmón, sólo con las donaciones de la gente. Yo me encargué de pasar a buscar las donaciones y de llevarlas al lugar", concluyó. 

La muerte de Julieta

Julieta se operó de las amígdalas el lunes 10 de febrero del 2020 en una clínica privada y luego de unos minutos se fue a su domicilio en Rivadavia. El viernes 14 de febrero, la joven se descompensó y tuvo que ser asistida en el Hospital Marcial Quiroga. Por su parte, los padres de Julieta llamaron a Babsia para notificarle lo que estaba pasando porque tenía una hemorragia, por lo que vomitaba sangre. En este punto, la mamá de Julieta sostuvo que los profesionales del nosocomio le advirtieron al cirujano que debía entrar inmediatamente al quirófano.

Julieta estuvo internada en el nosocomio de Capital y allí sufrió una nueva descompensación por la que fue intervenida quirúrgicamente. Tras ser operada, padeció un paro cardíaco que acabó con su vida.