En busca de abrir el juego y fomentar la competencia para conseguir precios más bajos, el Ministerio de Salud Pública le dará de baja a al menos cinco contratos por servicios de alimentación y limpieza que tiene la empresa Seralico, que en total representan 163 millones de pesos al año. La cifra significa casi el 25 por ciento de lo que la cartera paga en 12 meses por todos las tareas contratadas, unos 700 millones de pesos. Tras las rescisiones, que serán escalonadas en el transcurso de este semestre, se llamará a licitación y la compañía tendrá la posibilidad de participar y hacer una mejor oferta. El mecanismo representa un cambio, ya que los servicios habían sido adjudicados de manera directa o venían de renovaciones automáticas tras una compulsa en la gestión pasada, indicaron fuentes calificadas.
Seralico es la misma empresa que la cartera sanitaria le rescindió en abril la entrega de alimentos en el Hospital Mental de Zonda por preparar comida y servirla con el suelo inundado de aguas servidas. Al llamar a licitación para cubrir el servicio, el Estado ahorró un 33 por ciento de fondos.
El ministerio que conduce Alejandra Venerando decidió darle de baja no sólo a los contratos que tiene Seralico sino a todos los que tienen otras firmas, que abarcan rubros como mantenimiento, seguridad, provisión de medicamentos y materiales, entre otros. Ya sea que se establecieron a través de contrataciones directas, renovaciones automáticas o licitaciones. El hecho de que las rescisiones sean progresivas no es caprichoso y tiene sustento en que todos los contratos finalizan el 31 de diciembre y desde Salud buscan que los procesos de baja y las nuevas licitaciones no se produzcan todas en el mismo momento. Por eso han armado un cronograma que comenzará el mes que viene y durará hasta fin de año, confirmaron en la cartera sanitaria.
Otro de los puntos clave es el personal. Fuentes calificadas indicaron que la gestión uñaquista hará hincapié en los sanjuaninos que están detrás de los trabajos. Por eso, si hay cambio de firmas tras la licitación, se les pedirá a los nuevos adjudicatarios que tengan en cuenta a quienes vienen cumpliendo tareas, ya que se trata de personal capacitado y con experiencia.
Una de las bajas a la empresa Seralico fue publicada el miércoles en el programa Estudio 8 de Canal 8. Ahí se dio a conocer que la cartera sanitaria ya le comunicó a la firma gastronómica que el 31 de julio debe dejar de preparar la comida para el Hospital Marcial Quiroga, porque ese servicio será licitado. Por esa prestación, la empresa cobró casi 25 millones de pesos en 2017 y desde la repartición estiman que esa cifra puede mejorarse con la compulsa de precios. También Seralico prepara los alimentos en el Hospital Rawson, por 70 millones de pesos al año, y en los centros de salud de la periferia por 60 millones de pesos. Esto es en el centro René Favaloro de Rawson, César Aguilar de Caucete, Ventura Lloveras de Media Agua, José Giordano de Albardón, San Roque de Jáchal y el Federico Cantoni de Pocito. Además de esas prestaciones, hace la limpieza en el hospital caucetero por 6 millones de pesos, mientras que cobra un canon de 2,5 millones por la misma tarea en el Instituto Provincial de Hemoterapia (Iphem), el Vacunatorio Central y en el Instituto Odontológico. Por todos los trabajos, la cifra anual para Seralico alcanza los 163 millones de pesos.
Roberto Correa, exsecretario de Estado de Salud de 2003 a 2006 y actual número dos de la cartera, recordó que, durante su gestión, el servicio de comida no se licitaba porque lo prestaba la provincia, al igual que la seguridad, que lo aportaba la Policía. Sí indicó que hubo compulsa en varios servicios, como el de las ambulancias (ver entrevista).
Contratos
101 Esa es la cantidad de expedientes por servicios tercerizados que tiene Salud Pública. La gestión uñaquista licitará todos antes que finalice el año. Entre todos, suman unos 700 millones de pesos al año.
“Mi gestión licitó todo”
-Al frente de Salud Pública, entre 2003 y 2006, ¿se licitaron los servicios?
– Mi gestión licitó todo. Hicimos compulsa de precios en todos los servicios que se podía.
– ¿Cuál fue el más importante?
– El primer servicio importante que licitamos fue el de ambulancias, que quedó en manos de Sifeme. Incluso recuerdo que hubo un problema formal en el primer llamado, en cuanto a la presentación de las ofertas, y tuvimos que hacer un segundo llamado.
– ¿Y en los servicios que ahora va a licitar Salud Pública, como el de alimentos?
– No.
– ¿Por qué?
– No existían. En ese entonces, las comidas se preparaban en los centros de salud, como el Rawson y el Marcial Quiroga.
– ¿Y en seguridad?
– Tampoco. En ese momento la ley no nos permitía. Eran edificios públicos y tenían que ser custodiados por la Policía. Luego la ley se cambió porque eran muchos los edificios y los agentes no daban abasto.