No lo quisieron amedrentar, por la saña querían matarlo y por si no alcanzó con los golpes que le dieron, rompieron una manguera de gas y cerraron todas las puertas, para que la intoxicación provoque su deceso. Todo a plena luz del día, en un domicilio del tradicional barrio San Ricardo, sobre calle Chacabuco, en el departamento Rawson.
Creen que el ataque se dio entre las 9:30 y 10:30 de este lunes. Poco después que el hijo que convive con César Juvencio Bustos (87) se fuera a trabajar y antes que llegara el hijo menor, que vive en una pequeña casa que está en el fondo.
El hombre fue hallado por uno de sus hijos en el pasillo que conecta el baño con la cocina. Estaba tirado en el piso, sobre un charco de sangre. En las paredes había marcas de sus manos, como si hubiera querido levantarse a pedir ayuda. El olor a gas era insoportable, la paliza o la intoxicación podían terminar con su vida. De milagro está vivo, pero su cuadro es delicadísimo.
Presenta una fisura en el cráneo, una fractura a la altura de la mandíbula y un tajo en el cuello muy profundo por el que perdió mucha sangre. A un costado del cuerpo había una llave tipo francesa ensangrentada y todo indica que con esa herramienta lo golpearon.
En la policía hay mucho hermetismo, aunque dejaron trascender que el móvil del robo es la principal hipótesis. El hombre había cobrado un seguro hacía unos meses y algo de dinero le quedaba, además del sueldo y aguinaldo de su jubilación, este último de un cobro reciente. Nada de ese dinero (no precisaron la cantidad) estaba en el lugar, por lo que presumen que se lo llevaron.
La puerta del fondo estaba con llave, la de adelante abierta. Puede que la o las personas que ingresaron eran conocidas o bien atendió la puerta y lo sorprendieron, lo llevaron al interior y ahí lo atacaron. El hijo que vive en el fondo le llamó la atención que desde el interior de la casa despidiera olor a gas y eso fue lo que lo llevó a ingresar a la casa, cerca de las 10:30, y toparse con tamaña escena.
“Es un hombre que todos lo quieren, él siempre tenía guardadita una plata porque decía que no quería que gastemos cuando se enferme. No sé quién pudo haberlo golpeado así, con tanta maldad”, comentó un familiar. Don César está internado en el Hospital Rawson y su cuadro es reservado.
