Señor director:

Hace unos días se llevó a cabo un ataque con armas químicas en Siria. En esa salvaje agresión murieron cientos de personas, entre ellos, muchos niños. Es la demostración fáctica que el mundo se rige políticamente por un estado de excepción. Naciones Unidas, Unicef, OTAN, OEA, etc., son organismos internacionales que, ante estos holocaustos posmodernos, permanecen en la sombra de las bombas, cuyos responsables son, lastimosamente, quienes representan las más altas esferas de los mismos.

Cuando decimos que el mundo se rige por un estado de excepción, nos referimos lisa y llanamente a la imposibilidad de acción política, legal, institucional de los países responsables del conflicto armado en la región de Medio Oriente. No hay en la humanidad esperanza ni creencia de la posibilidad de una "intervención" mediadora que solucione este tipo de catástrofe. En otras palabras, son estos lugares del planeta librados al azar del campo de batalla, de intereses internacionales cuya resolución se bate a diario aniquilando cientos de vidas por hora.

Ni siquiera la demostrada preocupación del papa Francisco puede calar en la superficie del problema. El infierno que representa para los ciudadanos sirios el querer escapar de un país tomado por bandas armadas, subsidiadas por grandes potencias, se agrava con la multiplicidad de políticas restrictivas por parte de países mal llamados "de primer mundo". Todo esto, para impedir la entrada y el cuidado de los refugiados, los cuales mueren, mayoritariamente, de camino al exilio.

El nihilismo, es decir, la nada, como valor, es hoy la política real que rige no sólo en Siria, sino en todas las democracias del mundo. Los antecedentes son esclarecedores, pero de nada sirve hacer revisionismo cuando se informa que una enorme cantidad de infantes han muerto quemados y asfixiados por las armas químicas. Estas representan, sin dudas, la más salvaje de las formas de cometer crímenes de guerra sobre una población de civiles.

Nada viene de la nada, por lo cual cabe plantearse lo siguiente: Estados Unidos, Rusia, China y la OTAN por detrás, ¿pretenden seguir excusando sus negociados armamentísticos de esta manera grosera, grotesca, inhumana? ¿Tienen que seguir siendo rehenes los países islámicos de estas pujas de poder que atropellan todo tipo de dignidad, por una sustancia negra que subyace en los suelos? ¿Es necesaria la aniquilación de una porción considerable de la humanidad con los fines económicos que trascienden todo tratado y/o acuerdo internacional que pretenda proteger la vida de los habitantes de la región?

Lo cierto es que, sin dudas, que la condición de humanidad se encuentra vetada a personas que nacen en ciertos países, en los cuales se tuercen a combate, intereses que anulan en su totalidad la posibilidad de la existencia. Sin existencia, es inconcebible pensar en la esencia.