
Con inmensa preocupación veo que el arbolado público de la provincia está en estado de emergencia. Por todas partes se puede observar ejemplares de distintas especies enfermos o secos como los que se ven en la foto en un sector del Barrio Aramburu, en Rivadavia. Probablemente el foco de la atención pública no esté en otros temas que no sea la pandemia. Pero visto y considerando la situación, ese tema va para rato. Por lo tanto tenemos que atender todas las problemáticas, en especial los relacionados con la supervivencia de los sanjuaninos. En ese marco debemos atender los cuidados del agua y el arbolado público. Los mismo vecinos, como frentistas que somos, debemos acudir a regar esos árboles que están frente a nuestras casas como en las plazas y plazoletas. No debemos esperar a que los organismos públicos lo hagan. También es nuestra responsabilidad mantener con vida a la arboleda pública. Si nos quedamos sin árboles, los sanjuaninos nos veremos en una situación tan grave como inimaginable. Creo que no debemos tentar a la desgracia. El ser humano tiene el instinto natural de la supervivencia. Por lo tanto, les pido a mis comprovincianos que acudamos en ayuda de nuestra arboleda con un balde con agua para regarlos, armar bien los canteros para que ese agua filtre bien hasta las raíces. También solicitar a las autoridades provinciales como municipales que actúen de manera inmediata, sancionando una ley que sea cuestión de Estado sobre el cuidado del agua como la reforestación en toda la superficie de San Juan. Nuestro futuro y el de nuestros hijos está en juego.
Por Marisa Morales
DNI 11.624.276
