Los tiempos cambian y es necesario estar a la altura de las circunstancias. Cada vez se nota más como los sanjuaninos se preocupan por el progreso de su provincia. Es por eso que de forma permanente se manifiestan aportando ideas para que sean tomadas por las autoridades de turno. Esto con el fin de desarrollar industrias como la del turismo. Para que estos sueños se transformen en política de Estado, se hace necesario tener una visión de progreso y desarrollo en energía solar y eólica, infraestructura, trabajo, crecimiento demográfico, educativo, cultural, social y deportivo a corto, mediano y largo plazo. Pensar en una provincia a 20, 50 y 100 años hacia adelante.
podría ser una solución local en las próximas décadas.
Para llevar a cabo esta tarea es necesario que la actual gestión de gobierno haga una amplia y generosa convocatoria a todos los estamentos de la comunidad. Ser la punta de lanza en el país para generar un proyecto con una visión que integre a todos los sectores. Usar el sentido común sobre todo interés sectorial y partidario. Dejar todo egoísmo de lado y pensar en las futuras generaciones de una manera concreta y no declamatoria.
Si se hace un diagnóstico, se observará, por ejemplo, que se cometieron muchos errores pos terremoto de 1944, con respecto a la planificación urbana. Se pensó hacer un ciudad nueva, pero sin tener en cuenta que iba a crecer en población.
San Juan debe ser atractiva para el turismo. Entonces por qué no pensar en algo colorido y de utilidad como la vuelta del tranvía por avenida Libertador, desde la Legislatura hasta Punta de Rieles, su antiguo destino. La idea de hacer nuevas peatonales techadas y con aire acondicionado, teniendo en cuenta el calor extremo del verano. Un trencito que en vez de recorrer el Parque de Mayo, lo haga más turístico y pase por edificios emblemáticos como Teatro del Bicentenario, Centro Cívico, Centro de Convenciones, Estadio Aldo Cantoni y Aditorio Juan Victoria.
La vuelta del ferrocarril, que no sólo conecte a San Juan con otras provincias, sino que llegue a todos los pueblos alejados de la Capital, como Calingasta, Valle Fértil e Iglesia.
Son muchas las ideas que se podrían plantear. Para ello es necesario pensar de verdad en las futuras generaciones. Ser amplios y generosos. De eso se trata la política y las utopías, para concretarlas, para servir a toda la comunidad y mejorar su calidad de vida, y no otra cosa.