En el sector privado calculan que esta temporada ha disminuido un 20% la superficie de chacras de verduras y hortalizas en la provincia, a causa de múltiples factores entre los que se cuentan la escasez hídrica, los altos costos de insumos y semillas; y la escasa rentabilidad que tiene el productor.
Se estima que este año no superarán las 1.280 hectáreas sembradas con estos cultivos, cuando el año pasado rondaron las 1.600 hectáreas. Hace dos años, en el 2020 se estimaron 2.000 hectáreas. La retracción tiene importancia no sólo por el valor económico que significa para la provincia perder producciones agrícolas, sino que también afecta al consumidor, ya que con las mermas se producen aumentos de precios al público.
Referentes de la Sociedad de Chacareros, de la Asociación de Productores y Productoras Rurales de Sarmiento (Aprosar); y de la Cámara de Ajeros coincidieron en que se viene produciendo en la provincia una fuerte caída de las tierras sembradas con la denominada ‘chacra liviana’, de cultivos como cebolla, ajos, melones, sandías, espárragos, zanahorias, remolachas, acelgas, espinacas y alcauciles. No están incluidos en esta nota los tomates perita o de uso industrial.
Mario Torrente explicó que los precios bajos que recibe el productor desalientan la actividad. ”Al cultivar hortalizas estamos perdiendo plata. Este año se disparó el precio de la cebolla, pero hace 8 años que con ella no se cubrían los costos”, dijo. ”El sector trabaja a pérdida desde hace un par de años”, añadió, y puso como ejemplo que por un paquete de acelga o espinaca recibe $25, un precio que está igual hace 5 años.
El encarecimiento de insumos también los aqueja. El precio de la ‘jaula’ de lechuga, que es el envase en que se las transporta a los lugares de venta, cuesta más de la mitad que el producto: se paga $200/$250 la jaula de lechugas y el envase vacío cuesta $140.
El factor hídrico también viene golpeando fuerte, porque a la escasez de agua de riego por canales por la sequía, se suma el alto costo de extraer agua subterránea por pozos y el valor de la electricidad. Orlando Cotilla, miembro de la Sociedad, e integrante de la Cámara de ajeros, contó que este año la siembra de ajos no supera las 500 o 600 hectáreas, muy lejos de las 2.500/3.000 hectáreas de hace 15 años. ”Viene disminuyendo por la cuestión económica de bajo precio, y otra por la escasez de agua”, indicó. Recordó que este último ciclo Hidráulica cortó el agua de riego 130 días por la sequía. ”El productor no se puede largar a hacer chacra si no tiene la proyección de un pozo de agua subterránea, y ahora viene la quita de subsidio y aumento de la energía”, agregó.
Ramón Díaz, desde Aprosar; explicó que este año cayó 20% la superficie de melón por el alto precio del alquiler de la tierra, los insumos y la falta de agua. En Sarmiento el alquiler de tierra para cultivo este año ronda entre $80 mil y $130 mil la hectárea, cuando el año pasado estaba entre $35 mil y $50 mil. Agregó que el tarro de semillas importadas híbridas de melón que el año pasado salía $28 mil, ahora está en $72 mil. ”Y un tarro de 5.000 semillas no alcanza ni para una hectárea, que requiere de 7.000 semillas. Además al ser importada cuesta conseguirla”, dijo Díaz. Si melón hay menos, la sandía está peor. En Tres Esquinas dicen que casi no se conseguirá esta fruta, porque ante el encarecimiento el productor que pudo cultivar algo se volcó al melón que tiene más salida y es más fácil de transportar.
En Mendoza
En el sector hortícola no ven un horizonte bueno, incluso algunos creen que con el tiempo, San Juan terminará siendo una subsidiaria de Mendoza, porque allá las chacras tienen un mercado más amplio y abastecen a más provincias.
Brecha de precios
En agosto, el consumidor pagó 6 veces más de lo que cobró el productor de frutas y verduras, según el Índice de Precios en Origen y Destino que hace la
CAME. El consumidor pagó $6 por cada $1 que recibió el productor frutihortícola.