El ministro de Infraestructura, Julio Ortiz Andino, salió ayer a contraatacar los dichos de su par chileno, Juan Andrés Fontaine, sobre el Túnel de Agua Negra. Es que el funcionario trasandino había señalado que, luego de un estudio propio, la obra costaría dos o tres veces más de lo presupuestado porque no toma en cuenta "cuestiones geológicas" de la zona. Ante esta situación, el alfil uñaquista informó que han pedido un informe a las consultoras Geoconsult, de Austria, y Lombardi, de Suiza, que elaboraron el proyecto en su momento, para refutar los dichos en el vecino país.
"Riesgos importantes de explosión de roca y cosas de ese tipo" fueron las razones que esgrimió el funcionario chileno que llevarían a que el costo del túnel pase de 1.500 millones a 3.000 millones de dólares. Ortiz Andino contestó que ya "hay un trabajo de riesgo que hemos hecho" y agregó que "en el peor de los casos, la obra puede aumentar un 25 por ciento, como también un 15 por ciento menos". En cuanto a la participación que tuvo el país vecino en los análisis técnicos, el ministro uñaquista aclaró que "la representante de Vialidad trasandina siempre acompañó en los estudios" y destacó que tanto el proyecto como el presupuesto fueron aprobados por la Ebitan (Entidad Binacional Túnel de Agua Negra), esto significa que ambos países estuvieron presentes.
Por otro lado, en la provincia ya pidieron la reunión de la Ebitan para que desde el lado chileno muestren su informe. En ese encuentro, se expondrá el realizado por las consultoras internacionales, con todos los detalles que justificarían los 1.500 millones de dólares aprobados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El nuevo informe, según el funcionario local, tardaría entre 15 días y un mes.
La señal de alarma había saltado el mes pasado, cuando la consejera regional de Coquimbo, Ángela Rojas, dijo que las autoridades centrales le había informado de una situación "catastrófica" sobre los valores del túnel.