San Lorenzo lo logró: goleó 3 a 0 a Quilmes y se convirtió en líder circunstancial. Ahora todo depende del resultado del encuentro entre San Martín y Boca, que se disputará mañana en San Juan, para definir si queda puntero o lo pasarán los Xeneizes.
El local tuvo unos primeros 20 minutos muy flojos ante un Quilmes que se metió muy atrás. Pero después con la tenencia de la pelota y mayor profundidad a partir de la proyección de sus laterales (Angeleri y Rojas) contó con algunas situaciones de gol, sin embargo, su impericia en el área le impidió irse en ventaja al vestuario.
No empezó bien el segundo tiempo para San Lorenzo. La visita dominaba la pelota y hasta contó con una jugada clara que terminó con un remate de Ismael Benegas al arco que se fue por encima del travesaño. Pero el partido tuvo un quiebre a los 13 cuando Matías Sarulyte vio la segunda amarilla y la roja en la mano del árbitro Pedro Algañaraz.
San Lorenzo se fue encima de su rival, que se refugió cerca de Rigamonti tras quedar con diez jugadores. Y Aguirre metió mano: Ezequiel Avila ingresó por Bautista Merlini y el Ciclón solo pensaba en atacar.
Se lo perdió Nicolás Blandi, solito, y el local chocaba otra vez contra su propio nerviosismo. Pero en una ráfaga resolvió el partido. A los 31, Ezequiel Cerutti apareció libre por el segundo palo y definió cruzado para poner el 1-0 y hacer explotar al Nuevo Gasómetro. Y tres minutos más tarde, Avila clavó el segundo tras meterse en el área por una buena asistencia de Rubén Botta. Ahora sí el local se sacaba la bronca y se trepaba a la cima junto a Boca.
Para el cierre quedó el gol de Blandi, que definió en el área luego de una gran jugada de Avila y también se sacó la mufa, ya que había fallado una palomita minutos antes, en una jugada clara de gol. El 3-0 fue demasiado para Quilmes, aunque el local justificó la victoria en el complemento por su contundencia y su ambición. Ahora está en la cima y le trasladó la presión a Boca.