Lejos de la pirotecnia verbal y la tensión política vivida en las sesiones anteriores, la Cámara de Diputados aprobó y giró al Senado esta madrugada la reforma tributaria impulsada por el Poder Ejecutivo, medida que forma parte del paquete de iniciativas fiscales acordadas por la administración de Mauricio Macri con los gobernadores.

 

La iniciativa, de 319 artículos, fue aprobada en general por una amplia mayoría de 146 votos a favor y 77 en contra y 18 abstenciones.

 

El proyecto sufrió varias decenas de modificaciones que se redactaron hasta el límite mismo de la votación, producto de negociaciones de las que participó el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, que con un equipo de cuatro funcionarios se instaló en el despacho del presidente de la Cámara, Emilio Monzó.

 

Entre las más importantes se destaca la modificación del artículo que grava con Ganancias las indemnizaciones por despidos. El oficialismo aceptó excluir a los trabajadores, pero no así al personal jerárquico. El mismo camino siguió la cláusula que obligaba a tributar ése impuesto a las cooperativas y mutuales que ofrecen servicios financieros. Estos fueron dos de las medidas más criticadas durante el debate de la iniciativa.

 

 

La intención de Cambiemos es acelerar el trámite de la reforma, para lo cual convocó para hoy, a las 13.30, a la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado para tratar de emitir dictamen.

 

En el cierre del debate, el presidente del interbloque Cambiemos, Mario Negri (UCR-Córdoba), respondió a las críticas del kichnerismo, que acusó a al Gobierno de pretender reducir el déficit fiscal mediante el ajuste de salarios y el enfriamiento de la economía.

 

“No se preocupen que no vamos a ser la China de Sudamérica”, afirmó el diputado cordobés. Siempre en dirección al bloque del FPV, y mientras guiñaba un ojo, agregó: “A los que juegan al progresismo les digo que (con esta reforma) va a haber impuesto a la renta financiera, que a ustedes se les escapó”.

 

Antes, el jefe de la bancada del FPV, Agustín Rossi (Santa Fe), había manifestado su preocupación por el rumbo económico adoptado por el Gobierno, que ubicó en las antípodas de la política impulsada por las administraciones kirchneristas.

 

“Para nosotros es mucho más preocupante el déficit de la balanza comercial que el déficit fiscal

 

Ninguna de estas reformas va a impactar en el desarrollo económico del país”, afirmó Rossi.

 

En el inicio del debate, el proyecto fue defendido por Luciano Laspína (Pro-Santa Fe), presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, quien aseguró que la reforma apunta a incentivar la inversión, formalizar el trabajo en negro, luchar contra la evasión y mejorar la productividad y la equidad impositiva. “Queremos alivianarle la mochila a las pymes y a la clase media, esto va en esa dirección”, afirmó.

 

Desde el kirchnerismo, Axel Kicillof (FPV-Capital) calificó la iniciativa como parte del “paquetazo de reformas neoliberales que el Gobierno tuvo escondido durante toda la campaña electoral”. En ese sentido, calificó el proyecto como “un hermano de la reforma previsional” sancionada ayer.

 

“Esto le perdona impuestos a los que más tienen y a las corporaciones e intenta trasladar esa carga tributaria a los consumidores. Le quieren sacar impuestos a los ricos y ponérselos a los pobres”, agregó Kicillof en alusión a la baja de aportes patronales.

 

En una escala gradual hasta el 2022, la reforma exime del pago de aportes patronales a los sueldos hasta una remuneración bruta de $12.000. Además, las empresas que reinviertan sus utilidades tendrán una rebaja de la alícuota de Ganancias del 35 al 25%.

 

Con menos vehemencia, el Frente Renovador marcó diferencias con la iniciativa, a la que también le reconoció algunas ventajas. Al respecto, Marco Lavagna (FR-Capital) destacó el impuesto a la renta financiera de las personas, pero aclaró que no cambiará la matriz tributaria.

 

Lavagna también alertó sobre la baja de aportes patronales y advirtió que “puede traer problemas al sistema previsional”. “No pensemos que va a ser la solución para crear puestos de trabajo”, agregó el diputado massista.

 

Desde el Bloque Justicialista, Diego Bossio (Buenos Aires) también consideró positivo el impuesto a la renta financiera, pero cuestionó la aplicación o el aumento de impuestos internos a varias economías regionales. Puso especial énfasis en el caso de la cerveza artesanal, que se equipara a la producida en masa, y al tabaco.