El viento ya estaba fuerte, la lluvia comenzaba a desatarse y una chica rawsina de 15 años que hacía kayak justo en ese momento en el dique Punta Negra tuvo un momento espantoso. Una ráfaga le dio vuelta su kayak y terminó de cabeza en el agua. La adolescente entró en pánico y comenzó a sufrir de hipotermia con su cuerpo totalmente sumergido, pero un reflejo en el momento justo fue su tabla de salvación: recordó que llevaba consigo el silbato náutico, lo sopló con la fuerza que le quedaba y en cuestión de minutos ya estaban junto a ella los guardavidas de Seguridad Náutica, rescatándola para darle los primeros auxilios.
La chica no estaba sola, en el dique había casi medio centenar de kayakistas, pero ella estaba más alejada. Su familia la esperaba en la rampa del embarcadero y se enteró del suceso recién cuando a la chica la volvieron sana y salva.
El silbato que hizo sonar es un elemento de seguridad que Náutica siempre sugiere, pero no es obligatorio. Este hecho empuja ahora a las autoridades del área a exigirlo sí o sí. “Desde la temporada próxima los kayakistas van a tener que traer el silbato y un handy como medidas obligatorias de seguridad”, anticipó ayer el director del área, Miguel Jofré.
Según el funcionario, por día hay entre 80 y 90 kayakistas entre los diques Punta Negra y Ullum. Los accidentes como el de ayer no son para nada frecuentes, y el dique donde sucedió cuenta con 3 a 4 guardavidas por cada turno.