Un prestamista de 45 años se salvó de lo peor ayer en la tarde al volcar a bordo de un auto Fiat Uno en cercanías de un cementerio de Rivadavia. El hombre se dirigía a Zonda a cobrarle a unos clientes y aparentemente se quedó dormido al volante. En la Policía indicaron que el rodado se cruzó de carril y terminó cayendo unos 6 metros al fondo de un barranco. El auto quedó destruido y el chofer terminó con golpes leves gracias a que llevaba puesto el cinturón de seguridad.
El siniestro ocurrió minutos después de las 17 en avenida Libertador, metros al Oeste del cementerio. El propio Gerardo Guzmán (45) le dijo a la Policía que se accidentó porque se quedó dormido.