La víctima se llena de bronca, porque está convencido de que los delincuentes que saquearon su taller metalúrgico se tomaron todo su tiempo y hasta se dieron el lujo de prender las luces del predio para poder ver mejor y seleccionar lo de mayor valor.

"Me tirita todo, en todo el día no he podido hacer nada, me duele el cuerpo, el pecho. Es la bronca, la angustia, porque yo aquí me vengo por todo el día, desde las 8 hasta las 7 de la tarde, es tan injusto", dijo ayer por la tarde el damnificado, de 46 años, que prefirió no ser identificado.

Según su relato, se encontró con el desastre ayer a eso de las 8, cuando llegó a abrir el taller, en el 4833 (E) de Hipólito Yrigoyen, en Santa Lucía. Había cerrado cerca de las 15 del sábado, el domingo no trabajó y ayer se llevó la sorpresa cuando entró y advirtió que había desorden. "Ni idea cuándo pudo haber sido, no sé", comentó la víctima. La hipótesis indica que los delincuentes entraron por el fondo, que da a un descampado, porque contra la pared, del lado de afuera, dejaron apoyada una escalera. Después, como no pudieron violentar la seguridad de un portón, saltaron otra pared y se colaron al interior por un pequeño espacio de unos dos metros. Lo de mayor valor sin embargo lo sacaron de un depósito al que accedieron luego de cortar un candado, según la víctima.

Los ladrones escaparon con dos amoladoras, un taladro grande, una bomba de agua, una motosierra y gran cantidad de herramientas. Por otro lado, desmantelaron una moto Daelim 50cc que su padre había restaurado a nueva y se llevaron también las partes de tres motores de autos. "Han trabajado recómodos, han prendido las luces, como si hubiese habido alguien aquí trabajando. Cómo será que tuvieron tiempo que de la moto dejaron el cuadro pelado", señaló el hombre, con mucha bronca, y afirmó que desconoce cuánto puede valer lo que le llevaron, pero confesó que "para mí es un montón". La denuncia fue radicada en la seccional 5ta.