La Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo esta mañana votó a favor de una directiva sobre los derechos de autor (Copyright Directive) que podría cambiar las reglas de juego en internet de manera radical.

 

Esta propuesta incluye dos disposiciones que los defensores de la internet libre consideran polémicos. Son los artículos 11 y el 13. El primero establece una tasa por enlace (link tax) que obligaría a todas las plataformas de distribución a pagarles licencias a las compañías de medios por incluir enlaces a sus contenidos. Y el segundo, requeriría que todo aquello que se vaya a subir a internet sea previamente monitoreado para asegurarse de que no se esté violando ningún derecho de autor o copyright. Funcionaría como el content ID de YouTube pero se aplicaría para absolutamente todo lo que se quiera subir a la web en la Unión Europea.

 

Qué consecuencias podría tener

 

Los que están a favor de esta normativa aseguran que es una forma de proteger los derechos de autor. Se busca que los creadores de contenido perciban un ingreso por lo que hacen y por la difusión de su material.

 

Los detractores, por su parte, creen que esto podría implicar el fin de internet tal como lo conocemos y que podría derivar en censura y abuso.

 

El artículo 11 puntualmente impone multas en las plataformas que compartan enlaces de noticias sin antes pagar un cánon por esto a los medios. Esto afectaría tanto a pequeños blogs que comparten información como a las grandes plataformas de difusión de contenido como Twitter, Facebook o incluso Google. O sea que no bastará con poner un link y atribuirlo al medio sino que a su vez habría que abonar una tasa por el solo hecho de incluir ese enlace.

 

El artículo 13, que muchos señalan como el más controversial, requeriría la creación de un filtro automático para todo el contenido online que se sube a la Unión Europea. Este sistema contrastaría el material que se quiere subir con una base de datos para así verificar si se está produciendo una violación a los derechos de autor.

 

En otros términos, el sistema confiaría en algoritmos para que bloqueen de forma automática cualquier cosa que implique un riesgo de copyright.

 

La primera crítica que se hace es que esto podría ser manipulado por trolls o hackers que bien podrían intervenir en el sistema para favorecer o perjudicar la difusión de determinados contenidos.

 

Esto implica no solo impedir que se compartan textos, canciones o videos, sino que incluso podría poner fin a material que tome fragmentos de otros contenidos como los memes, remixados y básicamente cualquier contenido que haga referencia a cualquier creación de otro. Es la contracara del copyleft. Sin dudas implicaría un cambio rotundo en internet tal como se la concibe y utiliza en la actualidad.

 

Por otra parte, el sistema de monitoreo de estos algoritmos automatizados sería difícil de crear y mantener actualizado. Esta imposición sería sobre todo perjudicial para las pequeñas plataformas porque implicaría que asuman una tarea compleja y costosa, lo cual podría derivar en el bloqueo automático de contenido. Esto sería más sencilla y más económico que la implementación de filtros y control.

 

Tim Berners-Lee, conocido como "el padre de la web" y Jimmy Wales, cofundador de Wikipedia, advirtieron que esta norma convertiría a internet en "una herramienta de control y vigilancia de los usuarios".

 

Cuándo se convertirá en ley

 

La Comisión de Asuntos Jurídicos votó a favor de la directiva pero para que se convierta en ley tiene que ser votada en plenario en el Parlamento Europeo y luego habrá que ver si se aprueba o rechaza la norma o bien se le incluyen modificaciones. El punto es que recién podría aprobarse tal como está o con modificaciones, recién entre diciembre de este año y comienzos de 2019.

 

A su vez, el proyecto podría ser debatida en negociaciones tripartitas, tal como se denominan a los debates a puertas cerradas entre legisladores de la Unión Europa y los estados miembros. Todavía no se sabe si esta nueva directiva sería tratada de ese modo o no. La Comisión votó a favor pero los estados miembros pueden objetar esta decisión el próximo mes. En caso de que ese diálogo prospere aumentan las chances de que se apruebe la norma, pero nada es concluyente aún.