Lentamente se va avanzando en acciones que de cumplir sus objetivos contribuirán, decisivamente, a facilitar e impulsar el desarrollo de la economía de nuestro país. La gestión de Cambiemos viene desde fines de 2015 intentando mejorar la calidad regulatoria, en distintas áreas, con el convencimiento de que a través de ella la economía alcanzará una mayor competitividad. Pero a pesar de esos esfuerzos todavía queda transitar un largo camino para lograr la optimización de los recursos.

El Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 27/18, sobre Desburocratización y Simplificación, apunta justamente a mejorar la calidad regulatoria y reducir restricciones innecesarias. Introduce cerca de 140 modificaciones en leyes o decretos para áreas diversas como Producción, Trabajo y Finanzas entre otras.

En una primera impresión, este DNU aparenta ser menos importante que otras reformas como la jubilatoria, ya sancionada, o la laboral que comenzará a discutirse próximamente. Sin embargo es el recurso que promete un mayor impacto sobre la competitividad de la economía y el estilo de vida de los argentinos.

La agenda de la calidad regulatoria, como se le llama a todas las acciones tendientes a mejorar las condiciones de comercialización y negocios de un país, es muy necesaria y en nuestro caso tiene margen para seguir avanzando. Debido a los problemas que aún persisten con la estructura regulatoria nos encontramos, por ejemplo, que en Argentina crear una empresa requiere casi 3 veces más tiempo que el promedio de los países que integran la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo). Asimismo obtener un permiso para la construcción insume casi un año mientras que en los países de la OCDE 150 días. Registrar una propiedad cuesta 60% más y, algo que debería ser muy simple, como es exportar, requiere 30 horas de cumplimiento documental, más de 10 veces el promedio de la OCDE. Un ejemplo habla por si solo: en Chile un auto tarda de 48 a 72 hs desde el puerto a la concesionaria , mientras que en Argentina demora de 25 a 30 días, lo que lo hace más caro.

Hay que tener en cuenta que el peso regulatorio y burocrático que existe en nuestro país sobre la actividad privada está entre uno de los más altos del mundo.

La desregulación de nuestra economía comenzó a pocos días de la asunción del presente gobierno. Tras la eliminación del cepo cambiario y las retenciones a las exportaciones, siguió la implementación de la ventanilla única de Comercio Exterior; el Acuerdo Federal Minero y las leyes de Energía Renovables, entre otras profundizándose ahora con el último DNU.

Quedan numerosas mejoras a implementar, especialmente en lo que se refiere a exportaciones que es donde se encuentran los mayores escollos para una actividad que tendría que ser prioritaria.