Pintura Dayenu

 

Según las fuentes orales, mi madre Elvira Adela Alonso de Sánchez, maestra normal nacional, recibida 1957, en la secundaria de enseñaban el Himno al Árbol y a su vez ella le enseñó a sus alumnos este importante recurso didáctico, el cual se perdió en el transcurso del tiempo. Sería necesario retomar esta sana costumbre. La destacada historiadora sanjuanina radicada en Almagro, Elena Maurín, bisnieta de Segundino Navarro, cuenta que su abuela, Victorina Navarro, hija de Segundino Navarro, narraba que la faceta favorita de su padre era la de poeta. Según el libro (Editorial Coni.1952) del nieto del importante sanjuanino, llamado Germán Quiroga Navarro, afirma que su abuelo escribió el himno al árbol, que en este tiempo de arboricidio en todo San Juan, nos puede servir como ejemplo de amor a la naturaleza, el cual transcribo a continuación:

Rindamos culto al trabajo,/ Al plantar cada arbolillo/ De la vida en la mañana/ Del Sol al fulgente brillo Plantemos un árbol/ Plantemos cien más/ Y no destruyamos/ Un árbol jamás.// Depongamos al tierno arbolillo/ De la tierra al seno fecundo,/ Que de vida el misterio profundo/ Se revela a los royos del sol.// El árbol naciente y el niño/ Se refleja la placida alianza,/ De alegrías y dulces esperanza,/ Cuál del alba brillante arrebol.// En cada árbol plantado labramos/ Signo cierto de un vasto progreso,/ Que su savia dará con exceso/ Verdes frondas, el fruto y la flor.// Es de un niño, la planta, el emblema,/ Es su riego, la escuela, la ciencia,/ Su cultivo, la receta conciencia/ Que la madre formó con amor.// Desde el Adán y de Eva que brillan/ En aquel Paraíso encantado/ Es el árbol emblema sagrado/ De la dicha inefable y del bien.// Es la encima que a Washington cubre,/ Es el árbol que vio San Martín;/ El que ofrece en el en bosque un Edén.// Siempre un árbol frondoso dio sombra/ Al patriota con su ardiente heroísmo,/ Y hasta el leño del Gólgota mismo/ Es la cruz que a los cielos se alzó/ Que en cada árbol hay germen fecundo/ De las flores y frutos, y encanto Con el ave del bosque da al canto/ Homenaje sublimes a Dios.// Brinda el árbol descanso al viajero,/ A las aves del cielo sus nidos,/ Paz y sombra a los seres queridos/ En el huerto del placido hogar.// De sus frutos vinieron los hijos/ De la América en tórrida zona;/ Que su selva sea eterna corona/ De grandeza, su templo y su altar

Por Ricardo Sánchez Alonso 
Lic. en Ciencias de la Educación