Desde la desaparición del ‘Yiyo’ Villafañe, en octubre de 1997, ocurrieron al menos seis casos de niños que desaparecieron y en todas esas oportunidades lamentablemente no ocurrió el final feliz que esta vez sí sucedió con Benjamín Sánchez.
Matías ‘Yiyo’ Villafañe vivía con su madre, Liliana Gamboa, y tenía 7 años cuando desapareció el 23 de octubre de 1997 de una casa de la zona de Villa Hipódromo, Rawson. A pesar que hubo condenados, una amiga de la madre y dos hombres, por la sustracción del menor, ‘Yiyo’ nunca apareció.
Otra desaparición no resuelta sucedió para el Día del Niño del año 2002. Aquel 13 de agosto, en Villa Las Rosas, Ullum, Sergio David Guerrero, de 13 años, salió a jugar al fondo de la finca donde residía y nadie lo vio nunca más. A pesar que lo buscaron la Policía y Gendarmería los días posteriores, nunca hubo ni una señal de lo que ocurrió.
Antonia de los Angeles Brizuela tenía 17 años cuando fue a bailar a un boliche en Media Agua el 1 de junio de 2003. Nunca regresó a casa y luego de haber sido declarada desaparecida, su cuerpo fue hallado en un canal. La adolescente fue violada y uno de sus homicidas fue capturado 8 años después.
En la noche del 15 de octubre de 2003, Luis Joel Acosta, de 15 años de edad, no regresó a su casa en Caucete. Fue buscado durante una semana hasta que encontraron su cuerpo en el pozo de una finca ubicada en calle Salta. Un amigo de 14 años, por una discusión, lo asesinó golpeándolo con un hierro.
El 30 de septiembre de 2012 desapareció María de los Milagros Ruarte, quien tenía 16 años. Salió de su casa para visitar a su hermana en Villa Dolores. Su cuerpo fue hallado 3 días después envuelto en una manta, con signos de haber sido violada y un cable alrededor de su cuello. Su cuñado, José Castro fue condenado por el crimen, quien se suicidó en la cárcel en abril de 2015.
El 1 de diciembre de ese mismo año, Ariel Tapia, con 12 años, no volvió a ser visto desde las 20 en su casa, en Villa Angelita, Santa Lucía. Cinco días después, fue encontrado su cadáver en el interior de una heladera abandonada en un terreno baldío cercano a la vivienda. La autopsia reveló que el chico había sido golpeado. Y la hipótesis es que lo metieron inconsciente a esa heladera.