La novena edición de la Semana de la Miel Sanjuanina, que se extenderá hasta el sábado próximo, es una auspiciosa iniciativa en conmemoración del Día del Apicultor para promover un excelente alimento natural y destacar la tarea de los productores en una actividad donde se destaca la provincia con su sello particular. La apicultura local se distingue por calidad y variedad según los diferentes orígenes de la miel por zonas de producción y, además, por la formación y capacitación laboral de las escuelas agrotécnicas.
Si bien la oferta de la miel sanjuanina tiene un mercado consolidado, en esta celebración es oportuno recordar que el sector apícola debe mantenerse alerta sobre los riesgos que corren en el mundo las 20.000 especies de abejas que existen, por numerosos factores naturales y la acción del hombre que ponen en peligro de extinción a este insecto laborioso cuya tarea fundamental es la polinización.
Las luces de alerta las encendió el mes pasado la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), por la rápida disminución de las abejas y su papel indispensable en el equilibrio de los ecosistemas y en la subsistencia de la humanidad. Ellas son las encargadas de transportar el polen de una flor a otra y de esta manera mejorar la producción de alimentos. De allí la imprescindible función de la polinización.
La abeja es vulnerable entre los insectos que se sienten atacados cuando sus hábitats se modifican y toda acción del hombre tiene impacto sobre los ecosistemas. El uso indiscriminado de agroquímicos es causante de la desaparición como también la mala decisión de introducir especies nuevas en un ecosistema que no está preparado para contenerlas. Todo esto sin considerar los embates del cambio climático sobre todo ser viviente y más de esta intensa trabajadora silenciosa.
Las abejas son referentes de la salud ambiental, ya que el 75% de los cultivos globales dependen de la polinización como las frutas y las hortalizas, aunque no se tienen en cuenta a la hora de desarrollar sistemas agrícolas agresivos a fin de obtener grandes cosechas sin reparar en estas obreras incansables que van desapareciendo. Poco hace reflexionar que las abejas son imprescindibles para los seres humanos porque en forma directa o indirecta dependen de ella para la alimentación.
Esta Semana de la Miel es una buena ocasión para instar a producciones agrícolas orgánicas y sustentables pensando en la vida de las abejas y su rol en la economía regional.
