Fotos: Federico Levato
 

Franco Aranda

El compañero ideal

 

Franco Aranda llegó a la foto programada por Revista Oh! con sus tres hijos, Valentino de 13 años, Francesca de 10 y Antonietta de 6, eran las 9 de la mañana de un sábado, entonces les preguntamos a los chicos ¿cómo se habían levantado temprano para acompañarlo a papá? Los tres casi en coro dijeron que luego irían a desayunar juntos, felices se mostraron de acompañar a su papá a la entrevista. Y, en realidad la vida del Intendente de la Capital Franco Aranda, de 45 años de edad y 17 años de casado con Alejandra Caneva, debido a sus obligaciones y compromisos diarios; trata de optimizar los tiempos para con su familia. Él cuenta cómo hace para no dejar su rol de Padre.

"Los desayunos son fundamentales porque comenzamos el Día compartiendo junto a los chicos ese momento y luego los llevo a la escuela. Durante las tardes cada uno tiene sus actividades, normalmente quien se ocupa de llevarlos y traerlos es mi esposa, aunque sí me desocupo un ratito antes de las 21hs trato de buscarlos yo. A la noche cenamos y ellos cuentan las actividades del Día.

Durante los fines de semana, si no tengo alguna tarde, inmediatamente armamos programas al aire libre.

Esto cambia de acuerdo a las circunstancias del momento, puede ser desde ir a una plaza, a la montaña o alguna actividad deportiva. 

Con respecto a las obligaciones que a ellos atañen, generalmente interviene mi mujer. Por ejemplo con los deberes o llevar y traer. Cuando hay deberes complicados, por lo general me toca explicar matemática o tomar alguna lección. En la educación de los chicos, actuamos los dos como pareja y lo hacemos de común acuerdo. Con respecto a los límites diarios siempre es Alejandra, porque es quien está más con ellos, ahora cuando algún tema que está yendo más allá de lo habitual, recién intervengo yo. Normalmente no me sacan de los cabales, pero si me molestaría mucho que alguno de ellos sea irrespetuoso o poco solidario, aunque confío en ellos y en los valores que les enseñamos como familia.

A la hora de compartir temas masculinos, tengo un solo hijo varón que juega al jockey, el mismo deporte que hice yo de chico. Él los sábados juega el campeonato oficial y por supuesto, siempre estoy presente para alentarlo. Algún domingo a la mañana Valentino logra que vayamos al club (Estudiantil) y que me ponga los patines y es entonces cuando vuelvo a mi infancia para compartir, disfrutamos mucho los dos ese momento. Además compartimos los partidos de fútbol, ya que ambos somos hincha de Boca.

Los domingos vamos a comer el asado a casa de mis padres, junto a mis hermanos y sobrinos. Y, algún fin de semana del año vamos a Barreal, donde solemos alquilar caballos, y disfrutar de alguna cabalgata, una pasión que comparto junto a mis hijos.

Mis hijos llenan mi vida de alegría y amor, Valentino y Antonietta tienen personalidades muy parecidas, son muy apasionados en todo lo que emprenden. En cambio, Francesca es extremadamente sensible.
Solo deseo que se eduquen con amor, que sean buenas personas y que sean felices. A pesar de que ahora tengo mas limitado el tiempo, me considero un Padre compañero, que apoya sus decisiones inculcando que terminen lo que comienzan".
 

 

Fabian Gramajo 

Sus hijas, los pilares de su vida

 

Por Myriam Pérez

Como todos los papás de agenda completa, Fabian Gramajo, pone énfasis en aquellos horarios en los que coincide con sus hijas. La hora del desayuno es uno de esos momentos, pero sobre todo son los domingos los que aprovecha para estar en familia. Ese es el día especial. El, junto con su esposa Daniela y sus hijas Camila (17) y Lourdes (13), salen a comer, a pasear, y a charlar cosas que quedaron pendientes en la semana, aunque la más chiquita no duda en pasar por el municipio cada vez que tiene un tiempito para saludar a papá. Quizá las cosas no son muy distintas a las de otra familia, sólo que en este caso juega un papel importante su función como intendente de Chimbas, uno de los departamentos más populosos de la provincia y repleto de demandas sociales. No obstante, los estrechos márgenes de tiempo son aprovechados al máximo.

Una de las ventajas que tiene como papá para estar cerca de sus hijas, es la proximidad del edificio municipal con el Colegio donde cursan sus estudios secundarios. "Además mi casa es una escuelita porque muchas compañeras se quedan a dormir y eso está bueno porque uno conoce a sus amigos y sus preferencias", explica Gramajo.  

Otra de las tareas que comparte es llevar o traer a las chicas de cumpleaños de 15 o algunas fiestas porque por el momento no van a bailar a boliches.

"Si bien ellas soy independientes, sobre todo Camila que es más grande, se maneja en colectivo para todos los lugares donde debe ir, estamos muy pendientes de sus cosas. Las dos son muy compañeras y comparten mucho tiempo juntas. Eso es muy bueno", agrega el intendente.

Camila cuenta que charlan mucho, que las decisiones se toman siempre en familia. "En casa charlamos un montón y sabemos que mi papá es una persona ocupada, eso no es una sorpresa para nosotras porque cuando decidió ser candidato a intendente lo primero que hizo fue hablar con nosotras. Recuerdo que nos sentamos a charlar y nos explicó todo lo que significaba si ganaba. A mi me gusta su presente y todo lo que está haciendo por el departamento". De todos modos, ella tiene un perfil más artístico, y le gustaría estudiar diseño de indumentaria, aunque aún no lo tiene totalmente definido. En cambio Lourdes, con 13 años tiene claro que estudiará Derecho o Ciencias Políticas para seguir los pasos de su papá.

"Ambas son muy buenas alumnas, así es que ese es un problema menos, son tranquilas afortunadamente, no tengo de que quejarme. Claro que tenemos inconveninetes como todo el mundo o discutimos por el uso del celular y esas cosas, pero no mucho más que eso", dice el intendente.

Gramajo reconoce que tanto su esposa como sus hijas son los pilares de su vida, y que gracias a su aceptación pudo dejar su negocio de moto vehículos para dedicarse de lleno a la política.

Fabián Martín

Cinco de sus grandes decisiones

 

 

Por Paulina Rotman

Se podría decir que el actual intendente de Rivadavia nació como papá y político casi a la vez. Apenas unos meses de diferencia cambiaron para siempre la vida de Fabián Martín.

Primero llegó Lucas, hace 19 años. Ese hijo tan esperado y el que de algún modo sigue sus pasos en el deporte y tímidamente se va interesando por la cuestión comunal. Es que su primogénito además de estudiar Periodismo Deportivo, fue parte de diferentes equipos de fútbol y rugby, igual que su papá.

Ahora, cuando el tiempo se los permite, entrenan juntos en el gimnasio y suman en las rutinas a Ramiro (de 17) que quiere ser profe de Educación Física y que según su opinión es el más parecido tanto físca como en su temperamento, cuando se enoja, aclara.

Lucas es el único que, a veces, lo acompaña en las cuestiones políticas, puerta que abrió este basualdista casi con 30 años, cuando sin haberse subido a un ring, era el presidente de la Federación Sanjuanina de Box. Fue entonces que del ámbito dirigencial pasó al político sin escalas. Y le encantó. Unos meses antes se había convertido en papá primerizo.

"Siempre imaginé tener muchos hijos, pese a que vengo de una familia típica. Cada uno de ellos ha sido una gran decisión y fundamentalmente un regalo a mi vida”, dice quien cumplió su propio deseo completándolo con Olivia (de 14 años que vive en puntas de pie, razón por la cuál lo hizo emocionar recientemente con su actuación en el ballet Cascanueces), Angela (de 11 años y una de sus mejores ayudamemorias para su rol de intendente porque es quien lleva el racconto de las obras que tiene que mejorar en plazas y calles, según le van diciendo sus compañeras del colegio Santísimo Sacramento) y hace apenas un año y once meses, Sofía. "Una bendición de Dios para toda la familia”, según define a la simpática pequeñita. 

"Compartimos mucho, pese a que con los más grandes no vivimos juntos, pero sí cerca. Siempre es momento propicio para charlar mucho y hablar de la importancia de estudiar y de los peligros que se presentan a cada rato en la vida de los jóvenes”, cuenta y relata la aventura de las últimas vacaciones en la que fueron una verdadera multitud: los 5 chicos, más dos nenas de su actual pareja, Sol y Pía, otros verdaderos afectos para Fabián Martín. Fueron nueve en total. Para viajar, para convivir. Toda una experiencia. Inolvidable, la califican coincidentemente todos.

De algún modo las vacaciones y los fines de semana compensan el tiempo que les resta en la rutina diaria. Es que lo que más extraña Fabián es haber perdido la tarea diaria de ir a buscar y llevar a danza o a deporte, incluyendo las meriendas o el tercer tiempo. Ahora todo eso se hace difícil porque no tiene horarios, como cuando su trabajo era en su estudio de abogacía. 

 

Marcelo Orrego

Protagonistas de un trabajo en equipo

 

Por Paulina Rotman

Marcelo Orrego tiene un ejemplo a seguir a la hora de afrontar la paternidad. Su papá, Humberto, de quien admira la libertad que siempre le dio y los valores -como el respeto y la importancia de la educación- que le transmitió desde que era chico. "Eso fundamental para crecer. Claro que ese fue un trabajo de ambos, de mi papá y mi mamá. Lo mismo hacemos en mi casa, con mi esposa, más ahora que tengo otros tiempos y que no puedo dedicarme tanto como quisiera a mi familia. Creo sin lugar a dudas que la mejor receta para una vida en familia es el trabajo en equipo, entre todos, incluídos los chicos. Con reglas claras, libertad y la colaboración de todos los integrantes de la casa, todo es más sencillo. Por ejemplo, yo ahora no los puedo ir a buscar a muchas de las actividades de mis hijos, la escuela, deportes, cumpleaños, de eso generalmente se ocupa más mi esposa, cuando yo puedo, me hago cargo. De todos modos, también es válido que los chicos, aunque todavía son pequeños, colaboren como puedan con buena voluntad y con ayuda”, asegura el intendente de Santa Lucía sobre cómo afronta su rol de papá y funcionario público, doble tarea que encara desde que Delfina tenía un año (ahora tiene 11).

Aunque tiene un cronograma diario muy complicado y compromisos asumidos por su función, lo que no resigna son las tardes de los sábados y los domingos completos para su familia, tampoco los cumpleaños y las fechas especiales. "Muchas veces uno tiene que estar ausente de situaciones familiares pero hay eventos que no me pierdo: que mi hija lleve la bandera en un acto o una presentación de cheerleading, el deporte que combina gimnasia con acrobacia y baile y que practica desde los 4 años, o una competencia de judo o un partido de fútbol de Benicio (7) no se cambia por nada”, cuenta Marcelo, a quien le fascina que sus hijos pasen por su oficina a darse sencillamente un beso.

"Mis hijos son un puntal, un ejemplo de las generaciones futuras para quienes pienso cada proyecto”, define quien con 16 años se afilió al Partido Justicialista, motivado por los actos y caminatas a las que iba con su abuelo, su papá y sus hermanos; decisión que no ve en sus hijos, al menos por ahora. Es que aunque Benicio lo acompañe a muchos de sus encuentros con los miembros de las uniones vecinales del departamento e inclusive sea su mejor compinche en algunas acciones de campaña y Delfina participe feliz con la iniciativa que lleva adelante para el Día del Animal -un desfile de mascotas- en la Plaza de Santa Lucía, aún son pequeños para involucrarse en el camino de la política. 

"No sé que van a ser de grandes. A Delfi la veo motivada por las Artes, quizás Arquitectura. Y Benicio pasó de soñar con ser polícia o bombero a ser parte de la selección argentina de fútbol. El tiempo dirá. Yo solo quiero, como cualquier papá, que ellos hagan lo les guste y lo que quieran ser. Creo que esa es una de las claves para ser felices”, dice con toda seguridad.