Con su ilustre labor en Quito, Lionel Messi quedó en la recta final hacia la Copa del Mundo, la única que le falta levantar, y en Rusia tal vez haga el último intento. Para Javier Mascherano, su compañero de celebraciones olímpicas en los albores de sendas carreras magistrales y también socios en el llanto de tres frustraciones sucesivas, ya deslizó que Rusia será su despedida.
La generación de Messi y Mascherano también la integran el arquero Sergio Romero, Ángel Di María, Sergio Agüero y Gonzalo Higuaín, pese a que no jugaron en Alemania 2006.
El orden no es caprichoso: Romero jugó todos los minutos de Eliminatorias, Di María todos los partidos pero no todo el tiempo, Agüero salió y volvió y se perdió esta doble fecha por la lesión, en cambio Pipa viene ausente en la gestión Sampaoli.
Darío Benedetto y Mauro Icardi tienen hoy más acciones, aunque faltan 8 meses para la contienda mundialista. Romero es fija para estar y todo indica que Di María también. Nicolás Otamendi, que estuvo en Sudáfrica pero no en Brasil, y Lucas Biglia, subcampeón en 2014, irán por su segundo mundial y son apuestas firmes para estar en Rusia.
Enzo Pérez, también llevado a Brasil por Sabella, hizo méritos en Quito para sumarse al grupo. Gabriel Mercado es otro de los defensores que aparecen con chances y por la escasez de altura Federico Fazio tiene sus boletos para estar entre los 23.
Paulo Dybala es una de las figuras del fútbol europeo y sería difícil descartarlo. Marcos Acuña sostuvo altas las acciones por la versatilidad que tiene para manejarse en las dos bandas, más adelante o más atrás y hasta mejoró la tarea de Di María por el andarivel izquierdo. El caso de Ever Banega es singular. Nadie puede marginarlo de los históricos, pero se quedó fuera de Sudáfrica y de Brasil.
Eduardo Salvio, Lautaro Acosta, Emiliano Rigoni, Alejandro Gómez, Leandro Paredes son algunos de los que corren entre los elegibles. Faltan los laterales y entre los arqueros Nahuel Guzmán parece tener su puesto firme en el seleccionado.