En los próximos días, el Gobierno publicará una resolución que obligará a los comercios minoristas a diferenciar el pago contado, que se hace en el momento, del precio financiado o los pagos en cuotas.
La iniciativa tomó forma luego de varias reuniones entre funcionarios del Ministerio de Producción con empresarios y representantes de las tarjetas de crédito y la idea es que el precio sea uno. El valor se mantendría si la compra se paga en el momento con efectivo o en un pago con débito, y si se opta por la financiación, se pagará ese costo.
La intención del Poder Ejecutivo es que, con este anuncio que será presentado en la Casa Rosada, se "sinceren" los precios del consumo masivo de la economía y se abaraten los productos, publicó Clarín.
La hipótesis surge a partir los análisis de casos sobre el mercado de tarjetas de crédito, realizados por la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), un organismo que depende del ministerio de Producción. En esos estudios, concluyeron que el financiamiento de los plásticos distorsionaba los valores finales que pagaban los consumidores. Cabe recordar que las tarjetas de crédito le cobran una comisión de intermediarios a los comerciantes y cadenas por utilizar el servicio. Además, les sugieren las tasas de interés para el financiamiento a sus clientes.
La expectativa es que, por un lado, los precios que se abonan al contado sean "más accesibles" y caigan. Por el otro, se espera que vayan desapareciendo los descuentos por comprar una segunda unidad, un mecanismo que se tornó habitual en los supermercados.
El objetivo de fondo es que se reduzcan los niveles de inflación, que el año pasado alcanzó una cota histórica al registrar un acumulado del 40 por ciento.
Fuente: Infobae