Cerca de las 8 de ayer y luego de varias horas de agonía finalmente falleció Mauricio Bajinay (24), el joven que se había quemado el 90% de su cuerpo en un incendio accidental en su casa del Loteo San José, en Rawson. "Si no hubiese sido por él se quema toda la familia, mi hijo murió siendo un héroe", dijo ayer entre lágrimas Roque, el padre. La víctima era contratado en la Municipalidad de Rivadavia y además hacía fletes y changas de todo tipo. Tenía dos hijos fruto de su relación con Celina Vera (25), quien también sufrió quemaduras y estaba internada pero fuera de peligro. A ella hasta anoche no le habían comunicado la muerte de su pareja y esperaban que lo hiciera un equipo de psicólogos.

El accidente ocurrió sobre las 22 del último lunes. Bajinay hacía unos minutos había llegado y en ese momento acomodaba sus herramientas para dejar todo listo para el otro día. "Estuvo en mi casa como hasta las 21.15, hasta esa hora andaba entregando muebles. Me dijo: "Papi mañana sigo porque me llama la Celina que quiere que compre la cena". Al rato me llamaron para avisarme del incendio. Mi hijo estaba preparando la nafta en un bidón para ponerle a una motoguadaña y a una motosierra. Estaba cerca de la cocina, a dos metros más o menos, mientras su pareja hacía de comer. Ella dice que no sabe qué pasó, si saltó alguna chispa o qué", explicó el hombre.

Lo concreto es que el bidón explotó y se desató el fuego. "Quemado entero rompió una ventana y salvó a su hija (3 años), no sé si otro hubiese hecho lo mismo. Ella (Vera) sacó al bebé (1). La nena, pobre, sin entender nada anda diciendo: "El papi estaba lleno de fuego y me sacó, el papi rompió la ventana"", relató Roque. Y agregó: "A mi hijo el fuego lo estaba consumiendo. Cuando lo llevaba a La Rotonda me decía: "Papi, ayudame". Subió solo a la camioneta y se bajó solo, quemado entero, ni ropa tenía.. ¡¿tanta fuerza tenía!? Después en el Marcial Quiroga lo durmieron y no despertó más". En ese momento, camino al CAPS René Favaloro, el padre tuvo una esperanza: "Yo iba muy rápido y él me boludeaba porque se me corría la camioneta, hasta ahí tenía humor pero la verdad estaba muy quemado, los ojos, los labios, el pelo achicharrado… decía que le dolía todo". "Tenía todo ardido por dentro. Sentimos muchísimo dolor, no entendemos el porqué, qué le pasó", dijo por otro lado Marcela, la madre.