El barrio Camp Nou y toda la ciudad de Barcelona sigue revolucionada después que el astro rosarino Lionel Messi, le anunciara al Barcelona que tenía la firme intención de emigrar. Ayer, la novela de Messi y el Barsa sumó un capítulo más: mientras los hinchas continúan su campaña para que el ídolo dé marcha atrás con su decisión y esperan que sea Lionel quien salga a argumentar el porqué de su ida, el presidente Josep María Bartomeu dijo que sería capaz de renunciar aunque con condiciones.
La vida cotidiana de la ciudad de Barcelona se vio perturbada desde que Messi diera a conocer sus ganas de irse. Los hinchas del Barsa ya protestaron anteayer y ayer continuaron con sus carteles y cánticos reprochando el actuar de sus máximos dirigentes en haber provocado ese "desgaste" del futbolista argentino. Hasta anoche, los diarios argentinos estaban a la espera que el capitán azulgrana diera declaraciones y conocer su versión sobre las razones que han motivado su decisión de marchar del Barsa. Hasta el momento sólo han llegado informaciones desde su entorno pero él se mantuvo en silencio.
Hasta el momento, el delantero argentino no se ha pronunciado, ni para anunciar su decisión ni para replicar las declaraciones que se han realizado sobre su futuro, ya fuera el entrenador Ronald Koeman, el secretario técnico Ramón Planes o el presidente Josep María Bartomeu. De hecho, el máximo dirigente azulgrana habría contactado en las últimas horas con su padre y representante, Jorge, pero no con el futbolista, directamente.
Según dieron a conocer diarios españoles en la jornada de ayer, Bartomeu tendría decidido presentar la renuncia a su cargo -que es acaso lo que piden los hinchas por estas horas- pero para que se dé, pondría sus condiciones: sólo pegaría el portazo a su cargo en la institución si es Lionel Messi quien lo apunta como el responsable de haber tomado esa decisión. Esa chance es poco probable que se dé, es que conociendo el actuar y la conducta del futbolista argentino resultaría insólito que justifique su salida echando la culpa a alguien.
Por lo pronto, son varios los clubes que hacen cuentas por estas horas para realizar alguna tentadora propuesta para contratar al mejor jugador del mundo en la era contemporánea. El Liverpool, Manchester City y el reciente subcampeón de la Champions, Paris Saint Germain, se frotan las manos buscando seducir al rosarino.