Una certera patada en la puerta de madera de la cocina sirvió para sacar de su habitual tranquilidad a la familia. Cuando el jefe de hogar (es pensionado) se levantó y encaró para ver qué pasaba, dos sujetos con cuchillos fueron la sorpresiva explicación, más que evidente. Instantes después le aclaraban a él, a su hermana y a su anciana madre que se quedaran tranquilos, que no serían atacados si colaboraban y decían donde tenían la plata. Algún tirón de pelo a la menor de las mujeres y alguna patada al único hombre de la casa parecieron no surtir efecto, hasta que uno de los delincuentes le tapó las vías respiratorias a la anciana y entonces su hijo aflojó: "La plata está en el cajón de la mesa de luz", les dijo. Y enseguida la situación se descomprimió, dijeron fuentes policiales.
Con el dinero en su poder y los tres celulares de las víctimas (el hombre de 68 años, madre e hija de 93 y 65 años, respectivamente) los ladrones consiguieron las llaves del auto de una de las mujeres, un VW Fox, pero entonces se produjo un momento algo curioso: "Al parecer no sabían dónde meter la llave y el hombre les tuvo que explicar", precisó un investigador.
El caso llegó a la Policía por un aviso de una vecina al 911 sobre las 21 del lunes. Fue la primera en saber porque hasta su casa llegó su vecino a pedir ayuda, luego de forzar con un hacha la cerradura de la habitación donde los habían encerrado. Luego, el pensionado partió a poner la denuncia en la subcomisaría Castro de Carpintería, Pocito.
Todo pasó en una casa situada en la calle Gil de Moya, medio kilómetro al Norte del cruce con Anacleto Gil en la zona de Carpintería.
La novedad de que se había producido un asalto a punta de arma blanca y que los delincuentes habían huido en el VW Fox de una de las víctimas, una docente jubilada, un enjambre de Policías salieron en búsqueda de ese auto, que encontraron luego algo dañado sobre calle 17 (entre Mendoza y Aberastain) porque habían chocado con un montículo, explicaron fuentes policiales.
La búsqueda de huellas en ese auto y los datos que pudieran aportar las atemorizadas víctimas, eran parte del trabajo central de los pesquisas policiales para intentar esclarecer el caso.