Ciudad fantasma. Así lucía ayer domingo por la mañana Puerto Madero. La niebla dejó bajo su manto el paisaje porteño y sin vuelos a los pasajeros.

 

 

En la mañana del sábado, en simultáneo con la quietud que se produjo en las calles a raíz del partido de la selección argentina contra Francia, el área metropolitana de Buenos Aires se cubrió de una intensa niebla que se mantuvo hasta la noche y provocó incluso demoras y cancelaciones en Ezeiza y Aeroparque.

Recién ayer por la tarde comenzaron a operar las estaciones aéreas con algunos de los vuelos.

Producto del cierre del Aeroparque, más de 30 aviones de la empresa Aerolíneas Argentinas tuvieron que hacer pernoctes no previstos en aeropuertos de todo el país.

Recién después de las 10 de la mañana de ayer comenzó a normalizarse la partida de los distintos vuelos.

El inusual fenómeno climático se disiparía a partir de mañana y si bien el espesor de la niebla no alcanzaba la intensidad que tuvo en la madrugada del sábado aún podía observarse ayer en distintos puntos de la zona metropolitana. El frente de niebla que afecta a la ciudad se extendía además por el este de la provincia de Buenos Aires y sus zonas costeras, según informó a La Nación el meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional, Ignacio López Amorin.

El fenómeno es considerado singular por los expertos, especialmente por su persistencia. Esta niebla que cubrió la ciudad y en el Gran Buenos Aires es una niebla de advección. Estas se crean cuando una corriente de aire cálido y muy húmedo se desplaza sobre una superficie más fría. Se favorecen con la humedad y son frecuentes en zonas costeras, de gran extensión y muy densas. Son persistentes, pero se disipan cuando cambia la dirección del viento o llueve.