Hace 43 años fueron protagonistas de una catástrofe que puso en riesgo sus vidas y que les provocó una sensación de desolación y angustia difícil de borrar. Hoy se enfrentan a una nueva situación de peligro, pero a la que le temen aún más que a la anterior. Son los vecinos de Caucete, departamento que estos últimos días se convirtió en el epicentro del brote de coronavirus en la provincia, que aseguran que convivir con el virus les provoca más temor e incertidumbre que lo que sintieron con el terremoto de 1977. Describieron al Covid-19 como a un enemigo invisible que acecha en cualquier lugar y del que poco se conoce.
Aislamiento y distanciamiento. Son dos palabras que a Lucía Roldán le provocan escalofríos ni bien las pronuncia o escucha. Esta docente de 57 años dijo que es la segunda vez en la vida que le toca alejarse de sus seres queridos para mantenerse a salvo. El terremoto de 1977 derrumbó su casa y su padre, para alejarla del peligro, la mandó con sus dos hermanos a vivir con un familiar en la Ciudad. Es por eso que la angustia mucho tener que volver a separarse de los afectos, esta vez por la pandemia. Dijo que ahora siente más temor que hace más de 40 años. "Convivir con el virus me da más miedo que un terremoto. Es que ahora nos enfrentamos a algo desconocido que a veces es invisible por ser asintomático y que te deja sin posibilidades de protegerte. Durante un terremoto podés correr o refugiarte debajo de una mesa para salvarte. En cambio podés contagiarte de coronavirus aún estando dentro de tu casa y en un descuido. Eso es lo que da miedo y te provoca gran angustia", dijo Lucía, que vive en la villa cabecera del departamento y que tiene una hermana que vive en el Barrio Justo P. Castro I, el primero que fue aislado por el brote de casos de coronavirus.
Anita San Nicolás, de 56 años, también vive en este barrio y le tocó vivir muy de cerca nuevamente una situación preocupante como en 1977, aunque, según dijo, más atemorizante y violenta que aquella. "El terremoto nos tomó desprevenidos. Pero hace meses que vivimos preocupados por el coronavirus y sin saber si iba a llegar o no a la provincia. Ya está acá y genera temor porque uno no sabe a lo que se enfrenta. A lo mejor estás conversando con alguien que aparentemente está bien y sin embargo tiene el virus y termina por contagiártelo. Eso es lo que más asusta. Pero no nos queda otra más que extremar las medidas de prevención y rogar para que la enfermedad no siga expandiéndose más y afecte a tantos vecinos como el terremoto del "77", dijo la mujer.
Para Adriana Mazal, el temor que genera el coronavirus supera al que provoca cualquier catástrofe natural, sobre todo por su prolongación en el tiempo. Dijo que en un terremoto se puede esperar un par de réplicas y nada más, pero que esta enfermedad puede extenderse por mucho tiempo y también el temor que genera. "Es impactante ver el despliegue de ambulancias, efectivos de seguridad y personal de salud con trajes especiales por las calles de tu barrio. Con todo esto no hay forma de no sentir más miedo que en el "77. Aquella vez el despliegue fue para rescatar a las víctimas fatales y asistir a los sobrevivientes. El de ahora es para evitar que se propague una enfermedad desconocida y sin cura hasta ahora. Es de temer", sostuvo esta vecina del Barrio Enoé Mendoza.
Además de temor, los casos de coronavirus registrados en Caucete también provocaron más incertidumbre entre los vecinos que el terremoto. Sobre todo por el desconocimiento de cuándo y cómo se logrará superar la pandemia. "El virus anda por la calle y uno no puede saber quién lo tiene. Además se puede superar el brote, pero al tiempo tener un rebrote y así sucesivamente, como está pasando en algunos países. Eso hace que no puedas planificar nada, ni siquiera relajarte. En el caso de los terremotos sabés que pueden volver a ocurrir dentro de varios años y estás más preparado para enfrentar sus consecuencias. Con el coronavirus no", dijo Luis Agulles, comerciante caucetero.
Lo mismo opinó José Luis Fernández, de 60 años, quien agregó que "con el Covid-19 no se sabe qué esperar". Y que la incertidumbre es a corto y largo plazo y que traspasa el ámbito de la salud. "Está visto que con esto de la pandemia hoy podés salir de casa y mañana no, podés trabajar o no. La incertidumbre es mucha y eso genera estrés que agrava más aún la situación. Y esto es a nivel mundial, cuando un terremoto sólo afecta a una zona. Realmente estamos frente a un futuro muy incierto", sostuvo.
Por su parte, José Luis Rahmé, médico que vive en el Barrio Justo P. Castro I, se mostró más optimista aunque coincidió con los demás en cuanto a la incertidumbre que genera el coronavirus. "Trato de ser optimista frente a estos hechos que generan miedo y desasosiego. Un terremoto como cualquier otra catástrofe natural no se puede prevenir, el coronavirus sí. Si bien ni aún los científicos pueden afirmar cuándo terminará la pandemia, hay que tomar conciencia de que gran parte de que esto finalmente suceda está en nuestras manos. Con voluntad y compromiso vamos a superar esta situación igual que lo hicimos en 1977", dijo Rahmé.
"Esto genera más miedo que tranquilidad, pero no queda otra que poner buena voluntad".
JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ – Comerciante
"Pensábamos que el virus no iba a llegar y en un abrir y cerrar de ojos se desató el caos".
LUCÍA ROLDÁN – Docente
"Sólo hay que ser responsable y respetar las medidas de prevención para estar a salvo".
JOSÉ LUIS RAHMÉ – Médico