"Quiero pedir perdón… estoy muy arrepentido", dijo en sus últimas palabras ante el tribunal Carlos Alberto Camargo (24). Fue condenado a 15 años por un crimen brutal.

 

El juez Maximiliano Blejman (Sala III, Cámara Penal) condenó ayer a Carlos Alberto Camargo (24) a 15 años de cárcel por el homicidio simple de un joven en situación de calle, que tenía 20 años y la mañana del 30 de diciembre de 2012 sufrió una muerte brutal: Emanuel Alejandro "Mazorca" Mayorga estaba ebrio cuando fue atacado a trompadas, patadas y finalmente con una seguidilla de pedradas y trozos de escombro que le rompieron prácticamente todos los huesos del rostro (así lo informó el médico forense) dejándole nulas chances de sobrevivir.

Según fuentes judiciales, Camargo es sobrino del célebre Víctor "Chato" Camargo, un sujeto de 56 años que el 31 de julio pasado fue trasladado junto a otro narco desde la cárcel de Chimbas a una de mayor seguridad en Marcos Paz, Buenos Aires. Camargo es investigado en por lo menos tres causas de narcotráfico, y el juez federal Leopoldo Rago Gallo decidió sacarlo de la provincia para evitar que siguiera manejando la venta de drogas desde la cárcel a través del teléfono.

Su sobrino había sido detenido cuatro años después de que Emanuel Mayorga terminara sus días en una casa abandonada y en ruinas de la calle Mosconi, en Trinidad, Capital. El joven vivía en otra casa en construcción y se ganaba la vida vendiendo bolsas de residuos.

Aquel 30 de diciembre de 2012, Camargo y tres amigos habían estado en un cumpleaños y cuando el dueño de casa los echó por su estado de ebriedad, fueron a parar a esa casa donde ya estaba Mayorga.

Ayer, el fiscal José Eduardo Mallea entendió probado que la víctima fue provocada en todo momento por el condenado, hasta que le dio una trompada, se le echó encima para seguir golpeándolo, se paró para darle algunas patadas y terminó su faena destrozándole los 14 huesos del rostro a pedradas y con trozos de escombros.

Mallea pidió al magistrado que lo condenara a prisión perpetua, pues entendió que cometió un homicidio con dos agravantes: la manera alevosa (contra un indefenso) y con ensañamiento, por el sufrimiento innecesario de la víctima que agonizó hasta morir ahogado con su sangre y con una hemorragia cerebral.

El fiscal también solicitó al juez que mande a investigar a Camargo por posibles amenazas y la privación ilegítima de la libertad de un testigo clave que refirió haber estado prácticamente cautivo de Camargo en la casa de un vecino por un par de horas luego del crimen. El juez rechazó este planteo.

Tampoco accedió a condenar a 8 años a Camargo, como lo pedía su defensor Rolando Lozano. Pero compartió con este letrado la calificación el delito, pues consideró que Camargo cometió un homicidio simple. El fallo aún no está firme.