Luis Ardente, el gran capitán y un arquero con plena vigencia. Durante la temporada demostró que su aporte es fundamental. Sigue.

 

En el fútbol todo está hecho. No hay nada que inventar. Por ahí cambiarán nombres, esquemas u otros derivados pero los secretos no son tantos. Por eso, existe una ecuación casi perfecta: Jugás bien y ganás. Claro, habrá excepciones. Pero son las menos y especialmente en un torneo de 27 fechas. San Martín no ha jugado bien en la primera edición de la llamada Superliga. Es que terminar prácticamente en el tercer tercio de los que compiten no es muy auspicioso que digamos. Más todavía cuando el promedio que tiene el Verdinegro (se junta esta campaña con la dos anteriores) no es de lo mejor. Encima el equipo de Concepción entró en un tobogán peligroso en la recta final del torneo. Echarle la culpa al técnico anterior Pipo Gorosito a esta altura no sirve. Ponerle rótulo de culpable al actual DT Walter Coyette, tampoco. Menos aún a él, que cayó en el club con un equipo ya hecho y sin chances de pedir en base a sus gustos.

 

Marcos Gelabert, todo un símbolo. Por temperamento va al frente siempre. Gran capacidad organizativa. Vital en el medio. Sigue.

 

Pero claro, ver a este San Martín jugar como lo hizo ante Vélez es una mezcla de tristeza y calentura. No porque los jugadores no hayan dado todo o dejaron de poner lo que los hinchas siempre recriminan (el tan mentado "huevo"). Como si sólo con poner eso se ganan los partidos. Lo que hay que entender (en realidad los dirigentes deben hacerlo) es que este ciclo está ya cerrado. Amén del resultado ante Chacarita en la última fecha.

Que muchos de los jugadores que están, deberían buscar nuevos horizontes. Y, vale insistir, no porque no sean verdaderos profesionales (se entiende que todos los son, sino no estarían jugando en la principal categoría del fútbol argentino). Sino porque está demostrado que, como parte integral de un equipo, fracasaron.

La misión de los dirigentes no es sencilla. Acá, a San Juan, no llegan muchos de los que se pretende por diversas causas. La principal es que están fuera de la órbita porteña y ellos no quieren estarlo. Pero, aunque se complique, habrá que buscar nombres que se amolden al estilo que pretenda el técnico.

Claudio Spinelli, de los delanteros es el que demostró estar a tono con la categoría. Lástima que lo “descubrieron” cerca del final. ¿Se quedará?
Leandro Vega, un jugador con personalidad y buen timing en el quite. De todos los centrales es el más seguro. ¿Se quedará?

 

Lo cierto es que hay una columna vertebral: El arquero Luis Ardente, el marcador central Leandro Vega, el volante Marcos Gelabert y el delantero Claudio Spinelli. Los cuatro son los que han mostrado regularidad a través de las fechas. Por ahí Vega padeció la velocidad de los delanteros de Vélez en el último partido, pero en realidad todo el equipo jugó mal.

Sería ideal contar con esos cuatro (Ardente y Gelabert seguirán pero de Vega y Spinelli no se sabe todavía) y rodearlos bien.

 

Con Chacarita, la última parada

 

San Martín, que difícilmente cambie muchos nombres con respecto a su partido ante Vélez (foto), cerrará su participación en la Superliga visitando al ya descendido Chacarita, el próximo viernes. Para el Verdinegro es vital sumar de a tres para engrosar su promedio (por ahora arranca con 1,125) en el próximo torneo. Largará por arriba de Tigre (0,981) y de los dos ascendidos de la B Nacional. Hay otros complicados: Patronato (mismos puntos que San Martín), Gimnasia (2 por arriba), Belgrano (le lleva 3 unidades) y Atl. Tucumán (5 arriba).