Aunque no lo reconozca, Paul Taylor no es únicamente uno de los nombres estelares de la danza contemporánea. Es un gurú, una leyenda viviente. Su genio trascendió los límites de Estados Unidos para conquistar diferentes rincones del mundo. Algunas convertidas en clásicos, en cada variación por él montada se reflejan las experiencias y emociones de este inquieto coreógrafo de próximos 87 años, que siendo muy joven se zambulló en la danza moderna, previo paso por la natación. Observador, amigo de la experimentación y de la ruptura creativa, es considerado "uno de los mejores artistas del mundo de la danza". Fue solista de la Martha Graham Dance Company, Balanchine creó para él y también fundó su propia compañía en los ’50, con la que llevó a escena famosas creaciones que hoy los sanjuaninos tendrán la oportunidad de disfrutar en el Teatro del Bicentenario. Su mundo interior constantemente interpelado por ese exterior que han captado sus curiosos ojos azules, está plasmado en esas aventuras cautivantes, algunas de las cuales él mismo danzó hasta que se dedicó a seguir creando para otros.

Merecedor del Kennedy Center Honors, de la Medalla Nacional de las Artes y de Legión de honor de Francia, entre otras distinciones, Taylor -quien ya no suele dar entrevistas- aceptó responder algunas preguntas de DIARIO DE CUYO sobre parte de lo que se verá en San Juan y sobre su personal interpretación de la danza.

– Una de las obras que se verán en San Juan es con música de Piazzolla. ¿Qué lo sedujo de este compositor argentino?

– Me dieron un disco de música de Piazzolla y pensé que era maravillosa, así que decidí que quería hacer una danza para ella. Pero no soy un coreógrafo de tango, así que quise hacer un baile que no sea tango, aunque le di a la audiencia los sentimientos de lo que es el tango.

– ¿Qué le gusta del tango?

– Creo que es grandioso. ¡Tanta emoción!

– ¿Cómo describiría la danza moderna de Paul Taylor?

– Me considero un reportero. Miro el mundo que me rodea y trato de hacer danzas que muestren a la audiencia lo que veo.

– ¿Qué lo enamoró de ella?

– Simplemente me pareció una forma de comunicarme y poner mis ideas delante de las personas.

– Usted es un gurú viviente de la danza… ¿Lo cree así?

– No, sólo soy un tipo que hace bailes. Y amo lo que hago.

– ¿Y qué lo convirtió en un gigante en este ruedo?

– No tengo idea.

– ¿Fue usted, como Piazzolla en su época, un pionero incomprendido cuando comenzó?

– No lo creo. Pienso que mis danzas le gustaron a la gente y tuve la suerte de tener muchísima gente apoyándome.

– ¿El contemporáneo tiene en el mundo la misma "fama" y reconocimiento que el ballet?

– Hay momentos en que la danza moderna ha sido más popular que el ballet y otras veces no. Son dos cosas diferentes, con una idea compartida de usar el cuerpo para expresar ideas.

– Algunas personas dicen que no entienden el contemporáneo. ¿Qué les dice usted?

– Ver el baile no debería ser un proceso intelectual que requiera comprensión. Simplemente puedes mirar para ver cómo te hace sentir. Cuando escuchas música, no tienes que entenderla para escucharla. ¿Por qué no dejar que la danza sea como música para tus ojos?

Para agendar

Paul Taylor Dance Company. Hoy a las 21.30 hs, en el Teatro del Bicentenario. Entradas: $150, $250, $350, $450 en boletería del teatro, de 10 a 20 y en www.tuentrada.com.

 

La oportunidad de aprender con los discípulos

 

Ayer, unos 100 bailarines sanjuaninos pudieron hacer una masterclass con profesionales de la compañía de Paul Taylor. Fue en el Teatro del Bicentenario, donde reinó un clima agradable entre los simpáticos profes y sus alumnos. Algo de Inglés, un poquito de español, la ayuda de Silvana Moreno (directora artística del complejo) y el universal lenguaje de la danza se combinaron muy bien para que Robert Kleinendorst impartiera con éxito la primera clase, junto a Eran Bugge. Los bailarines se quedaron con ganas de más, pero en un par de horas pudieron experimentar en carne propia una muestra del exigente entrenamiento de la compañía, e incluso pasaron algunas combinaciones de Arden Court, que se verá hoy. Colocación, posiciones, equilibrio, eje, energía, intenciones del movimiento, generosamente todo quedó sobre el tapete. Sudor, sonrisas, agradecimientos, aplausos y muchas fotos coronaron esta visita de lujo.

"Fue un tipo de clase para transmitir conceptos básicos que los bailarines deben hacer’, comentó Robert, quien destacó la importancia de la técnica clásica como base de todo.