Nito Mestre vuelve esta noche al Auditorio Juan Victoria para celebrar los 50 años de la publicación de Vida, el primer álbum de Sui Generis, dúo que cofundó junto a Charly García. Será una puesta sinfónica junto a músicos de la Orquesta de la UNSJ y a su banda soporte, que también incluirá grandes clásicos de Sui Generis, Los desconocidos de siempre, de Porsuigieco y canciones de su etapa solista. Junto a DIARIO DE CUYO, Nito hizo una retrospectiva de una extensa carrera y lo que significó esta obra icónica del rock nacional.

– ¿Cómo estás de cara a este homenaje?
– Me siento bárbaro, no fumo, no tomo alcohol, ni droga. Según mi otorrinolaringóloga, las cuerdas vocales las tengo bárbaras. Me dijo que los cantantes pueden durar por mucho tiempo, pero todo depende de cómo el físico acompañe. Me cuido mucho, hago ejercicio, camino y canto todos los días para mantenerme con buena energía en el escenario.

– ¿Por qué elegiste apelar al formato sinfónico?
– Tocar con músicos de orquesta sinfónica es todo un placer. Lo empecé a hacer gracias a Alberto Velasco de San Juan, quien me hizo unos arreglos fantásticos, no solo de este disco sino también de toda la carrera. Este disco, que fue grabado en octubre de 1972 y publicado en febrero de 1973, cumple 50 años y qué mejor manera de completar los arreglos con esta obra. Primero haremos un recorrido de grandes clásicos con mi banda más el agregado de una joven Julia Hotton en guitarra, Ernesto Salgueta en guitarra y Fernando Pugliese en piano. Habrá varias sorpresas, esto será más una experiencia que un show.

– ¿Qué tiene de especial cantar en el Auditorio?
– El Auditorio es divino, la primera vez que toqué ahí descubrí una acústica maravillosa y los arreglos que hizo Velasco, a mi medida, fueron fantásticos. La sala es divina para tocar y escuchar. Volver a este lugar es un privilegio.

– ¿Qué sensaciones se producen al reversionar estos clásicos, con ensamble de instrumentos acústicos y eléctricos?
– Es difícil contarlo con palabras, pero bueno hay que espectarlo. En realidad se juntan muchas sensaciones. El hecho de tocar con una orquesta me permite generar distintos climas. Es tan placentero que te pone la piel de gallina, el impacto es tan asombroso que se producen muchas emociones a la vez.

– Desde lo simbólico, este disco fue un antes y un después. Si Charly y vos no lo hubieran creado ¿la historia del rock argentino hubiera sido distinta?
– He pensado que siempre la historia cambia de acuerdo a los sucesos. No tengo idea qué otra realidad hubiera pasado, pero sí tengo certeza de lo que pasó, la música del rock creció y se popularizó mucho más con la llegada de Sui Generis. De eso no tengo duda. Se abrieron muchas cosas en el camino y después de la dictadura que sufrimos, el panorama del rock se expandió y con el retorno de la democracia, mucho más todavía. Es cierto, las cosas hubieran sido muy distintas si no hubiese sucedido de la manera que sucedió.

– ¿Sui Generis fue también fruto de una época en convulsión?
– Sí, exactamente porque todo vino unido a lo que sentíamos en los momentos que nos tocó vivir en Argentina y que influyeron no solo la música, también en el comportamiento de nosotros mismos y de la gente. En estos vaivenes ha quedado una huella fuerte. Cumplir 50 años de carrera, es algo que pocos músicos pueden ser bendecidos, porque las bandas se separan o por varias razones personales y artísticas. Sui Generis, es verdad, fue el comienzo de algo nuevo, pero lo más difícil no es empezar, sino en mantenerse vigente. Esa es la hazaña.

– En aquellos años ¿fue también una apuesta arriesgada proponer otra forma de grabar y otro sonido que no estaba de moda? ¿Qué ambiciones tenías con Charly?
– Las mismas que tendrían cualquier pibe con 15 años de edad cuando quiere armar una banda: que nos vaya bien y grabar el primer disco. Eso era lo que soñábamos. Todo lo demás vino en consecuencia y no fue un regalo, había que trabajarlo todo. En lo personal, yo soñaba con juntar generaciones y lo estoy logrando ahora. Padres e hijos pueden conversar entre sí gracias a esta música que ha contribuido a que la familia pueda en la mesa compartir este sonido y otras ideas artísticas y eso ayuda a crecer culturalmente y llevar una vida más saludable.

– "Vida" reflejaba también un mensaje sobre el mundo que vivían. ¿Al rock actual le falta un contenido similar?
– El rock ha perdido masividad mediática porque los tiempos han cambiado. Los jóvenes buscan escuchar otras cosas, por supuesto, el rock no ha muerto, pero está más de moda el trap, que evidentemente tiene un efecto contagio masivo en los medios. Pareciera que lo demás, como el rock, está desaparecido, pero no. Son momentos de cambio, pero bueno, es música y hay que escucharla por completo con todas sus expresiones.

– ¿Hay tiempo para escuchar los nuevos sonidos?
– Es imposible, pero disfruto de escuchar en casa, de hecho armo y canto mis listas favoritas de acuerdo a mi estado de ánimo, pero claro, no se puede escuchar todo. Escucho lo que me llama la atención y lo que me gusta y me llega emocionalmente. Pero sí me doy el tiempo para hacerlo. Hay nombres y bandas como Bándalos Chinos y Wos, que los escuché en vivo y me parece que son propuestas interesantes. Pero hay tanto para hacer y es complicado guardar y recordar todo.

– En un tiempo donde las biopics de rock están en auge ¿mirás lo que se ha hecho de rock argentino? ¿Te gustaría una propia?
– Sí desde ya, la serie de Fito Páez está muy bien hecha, la vi en dos días. También me gustará ver la nueva de Luca Prodan. Cada serie puede ser distinta, el otro día vi la de Elvis Presley desde la visión del manager y fue buena y profunda… Por supuesto que hay un montón de bandas y cantantes argentinos que pueden contarse de esta manera. En mi caso no lo estoy pensando ahora… Depende de que esté bien relatada y tenga un buen guion, pero sí hay muchas historias que merecen ser contadas. 

DATO
Nito Mestre. 50 años de Vida. Domingo 20 de agosto. 20 hs. Auditorio Juan Victoria (Urquiza y 25 de Mayo). Entradas: Platea A $7.500; Platea B $6.000; Platea C $5.000. Disponibles en Entradaweb y boletería.