La denuncia decía que en esa casa del Lote Hogar 12 de Pocito una familia tenía encerrados y sometidos a sus hijos, que vivían en malas condiciones, que era utilizados para comercializar drogas y, lo peor, que se hacía ‘fiestas’ los fines de semanas y en esos encuentros ofrecían a esas chicas y menores para tener sexo, revelaron fuentes de la investigación. Es más, afirmaban que a veces sacaban a los chicos y los llevaban a otros lugares.
Todo esto es lo que ahora está investigando el juez federal Leopoldo Rago Gallo, que ayer en la tarde empezó con las indagatorias a los 8 miembros de esa familia que fueron detenidos el domingo a la madrugada en tres operativos simultáneos de la Policía Federal en dos viviendas del Lote Hogar 12 y el Bº Teresa de Calcuta, en Pocito. La causa en principio es por trata de personas, con fines de explotación sexual, y comercialización de estupefacientes. En relación a esto último, se secuestró una cantidad menor de cocaína, dijeron fuentes del caso.
A un día de los allanamientos, trascendió que los imputados son una pareja mayor, sus hijos y sus respectivos concubinos, dijo un investigador. Se supo que otro miembro de esta familia actualmente se encuentra preso en el penal por el abuso sexual de uno de los niños. Y que las víctimas serían sus propias hijas y nietos, entre ellas tres chicas jóvenes y una discapacitada de 28 años, además de otros 4 niños, aclararon ayer. En total son 7, quienes quedaron al resguardo del Estado y bajo supervisión del Tercer Juzgado de Familia, confirmaron fuentes oficiales.
El caso empezó a investigarse el lunes de la semana pasada por una denuncia que daba cuenta que en una casa del Lote Hogar 12 tenían encerrados en condiciones deplorables a unas chicas y unos menores que eran ofrecidos como mercancía sexual en fiestas que hacían los fines de semana en esa vivienda. También aseguraban que las víctimas eran utilizadas para vender droga, la cual provenía de otro domicilio del mismo barrio. Por otro lado, señalaban una vivienda del Bº Teresa de Calcuta, a donde a veces trasladaba a las jóvenes.
No descartan que haya otros menores de la familia que pudieron ser víctimas de abusos.
Para el juez Rago Gallo serán claves los testimonios de las presuntas víctimas para saber si están frente a un horroroso caso de trata de personas, en el que los explotadores sexuales eran los propios parientes.