El final fue electrizante. Con el Porto jugando sin Malián en el arco y con cinco jugadores de campo atacando en forma desesperada. Pero no hubo caso. El local no pudo alcanzar el empate. Fue 6-5 para el Sporting en el cuarto juego y título para el equipo de Lisboa.
Una fotocopia de lo que pasó en la final de la "Final Four" de la Eurocopa. Otra vez los Albiverdes festejando y los rayados del Porto a lágrima viva por haber dado todo y haberse quedado con las manos vacías. Y nadie puede hablar de injusticia. El Sporting de los sanjuaninos Nolo Romero y Matías Platero se consagró campeón porque dio todo.
Basta con decir que en las dos últimas jugadas del partidos ambos se tiraron al piso arriesgando su humanidad y tratando de defender a su arquero. El partido -cuarto de la serie- se jugó en el Pabellón del Porto. Sin gente por esto de la pandemia que azota al mundo. Y el Sporting cerró esa serie al llegar a un 3 a 1 inalcanzable para el Porto. Ayer lo dijo Ezequiel Mena (compañero de Nalo García en el Porto) en la nota exclusiva de DIARIO DE CUYO: "Son dos equipos de fuerzas parejas y los partidos se definen por los pequeños detalles". Y así fue nomás ayer. Una distracción o un tiro sorpresivo podían cambiar el tablero. Un tramo para uno. Otro tramo para el rival. Y los goles que se dieron en un choque de ida y vuelta. Fue para el Sporting, que gritó campeón el terruño ajeno.