Al menos 185 personas murieron y unas 470 resultaron heridas en varias explosiones en al menos tres hoteles de lujo y tres iglesias en Sri Lanka ocurridas mientras se celebraba el Domingo de Resurrección.
El ministerio de Defensa decretó el estado de sitio luego de que se perpetraran los ataques más sangrientos desde que terminó la guerra civil en el país asiático, un conflicto étnico-religioso que enfrentó a la mayoría budista cingalesa y a la minoría musulmana tamil durante más de una década.
Una de las explosiones se registró en la iglesia San Antonio de Colombo, otra en la iglesia San Sebastián de Negombo, al norte de la capital, y la tercera en una iglesia de Batticaloa, en el este de la isla.
En tanto, los tres hoteles atacados en un primer momento, el Cinnamon Grand, el Kingsbury y el Shangri-La, todos de cinco estrellas, están en Colombo.
El primer ministro esrilanqués, Ranil Wickremesinghe, condeñó los ataques e hizo un llamado a la población a permanecer "unidos y fuertes".
"Hago un llamamiento a todos los esrilanqueses a permanecer unidos y fuertes en este momento trágico. El Gobierno está tomando medidas inmediatas para contener la situación",publicó Wickremesinghe en Twitter.
Sri Lanka, con una población cercana a los 21 millones de habitantes, es un país mayoritariamente budista que cuenta con unos 1,2 millones de católicos. Junto al 70% de budistas, los hinduistas representan un 12%, los musulmanes un 10% y los cristianos, un 7%.