La dulzura que se transmite de generación en generación
La rutina de diciembre en la familia de Gerardo Schwenke se mantiene intacta. A este marino alemán que llegó a San Juan con apenas 20 años, luego del hundimiento del acorazado Graf Spee -uno de los buques de guerra nazi- le encantaba salir a convidar panes dulces a sus amistades cuando llegaba el último mes del año. Él mismo preparaba sus stollen porque sentía que así estaba más cerca de su tierra y sus costumbres europeas.

Su hija Luisa, a su modo y muchos años después, repite la costumbre. Ella prepara panes dulces típicamente europeos. Stollen como los que se comen en Austria y Alemania, también otra versión llamada Dresde, una ciudad al este de Alemania que tiene su propia preparación navideña. La profe de Geografía jubilada, costurera por hobbie y ahora pastelera para deleitar a propios y ajenos, recopiló algunas recetas de familia -desde la de su abuela y su mamá, Dorotea Schultz, que vino con 5 años de Berlín, sin dejar de lado, por supuesto, la de su papá- más otras versiones que fue encontrando en libros de cocina alemanes, donde además pudo incorporar conceptos claves de las tradiciones, costumbres y sentido de las festividades.

El resultado de ese mix es un stollen muy húmedo y con la masa súper suave -dos aspectos que aporta fundamentalmente la ricotta que le incorpora- regado en su interior de almendras, nueces, pasas rubias y negras, arándanos y un toque de rhun que lo hace más delicioso aún. La terminación de este pan dulce típicamente europeo es un baño de azúcar glass. El pan dulce Dresde, en cambio, lleva levadura y todo el relleno de frutas secas más el resto de los ingredientes. El tradicional lleva como relleno mazapán, una pasta de almendras deliciosa que es altamente consumida en estas zonas frías. Luisa, que empezó a hacer este tipo de pan dulce pensando en cubrir los pedidos de quienes no consumen lácteos, no lo incluye porque lo consigue aquí.
"Ambos panes tienen una forma particular, que no es la del pan dulce común: se hace un bollito redondo, de un lado se aplasta con la mano la mitad del bollito, y la otra parte se envuelve sobre esta parte más chata y queda como una envoltura, parecido a un pan casero. Leí que darle esa forma al pan, al menos según las tradiciones alemanas, representa al niño Jesús arropado con sus mantas. Eso se lo cuento a los clientes porque le da un sentido precioso", explica.
Además Luisa -que no sólo es fanática de las navidades sino además de los detalles- entrega los panes encargados, con una sorpresa de regalo: una bolsita con galletitas de miel y de especias, también simbólicas en estas fechas.
Los panes dulces de "la alemana" -tal como la conoce todo Ullum y sus alrededores, además del nombre de su Casa de Té (ver recuadro)-, sean la versión que sean, pesan 700 gramos y cuestan 750 pesos cada uno. Eso sí solo se venden por encargo porque la pastelera, los entrega personalmente en domicilio una vez a la semana.
Se podría decir que Luisa cumple al pie de la letra las tradiciones. Pero le falta una de la tierra de sus padres: cocinar los panes en la vereda, en hornitos a la vista de la gente, para que los golosos se lo puedan llevar calentitos y humeantes. Claro, aquí, a miles de kilómetros de Alemania, hay una diferencia: el calor no lo permite, pese a que la tentación y el perfume, es el mismo.

Delicias de su tierra
Ir a "La Alemana, Casa de Té" -la cuarta casa entrando por el callejón Pedro Moreno y ruta 60, en Ullum- es regalarse una viaje a la zona de Europa Central. Al menos gastronómico. Es que allí se pueden probar no sólo los panes dulces y galletitas de especias, sino además el afamado strudel de manzana, torta de manzana con frutos secos, torta de damascos y almendras fileteadas, lemon pie, mini budines con cerezas, entre otras dulzuras con rellenos de frutas, crema pastelera, además de sabores de recetas alemanas o europeas.
La modalidad del servicio es un menú fijo de dos pasos: primero un té (tiene una carta de 5 blends diferentes) con tres porciones de tortas y un segundo plato, de pancitos caseros con semillas de sésamo y amapola, calentitos, rellenos de jamón y queso, con una limonada. Cuesta $650 por persona.
Hay que reservar sí o sí -se la puede contactar por Facebook como @La alemana Casa de Té o al 2644393067– porque el espacio es casi exclusivo. Sólo hay lugar para 15 personas, tanto en el salón vidriado como en el hermoso parque. Allí se puede ir a merendar o realizar eventos. Abre viernes, sábados, domingos y feriados.
Ricuritas de fin de año

Catalina Cámpora comenzó a elaborar verdaderas delicias desde que tuvo uso de razón. Una pasión que fue creciendo y acumulando experiencia. Así fue que cuando se presentó la primera oportunidad de convertirla en un negocio personal la aprovechó al máximo. Eso sucedió al momento de planificar el viaje de egresados, con la consiguiente necesidad de "juntar dinero". La solución estuvo al alcance de sus habilidosas manos que elaboraron panes para vender junto con una amiga. Desde entonces no paró.

Muy pronto comenzó a ofrecer mesas dulces, especialidades, y sobre todo, las propuestas para fechas especiales que siempre son muy atractivas por sus características particulares. Los huevos de Pascua, regalos dulces para Día del Amigo, entre otras fechas son muy valorados entre sus clientes, y ni hablar de la demanda en esta época de sus codiciados panes dulces. Este año tienen un plus adicional porque los elabora en San Luis donde vive y estudia Bioingeniería, y los envía a San Juan para su venta. Una muy buena manera de conservar seguidores y sumar puntos para que su pastelería esté presente en la provincia.

"Siempre me gustó así es que de intrusa fui aprendiendo, claro que luego hice un curso de chocolatería pero no mucho más. Apelé a libros y a la práctica, de hecho los panes dulces surgieron de un folleto que me regalaron y decidí hacerlos. Actualmente hago el tradicional que tiene la particularidad de tener la masa más densa con mucha fruta de distintas variedades, algunos de chocolate, otras de sólo frutos secos. Generalmente pesan 700 gramos aunque vienen en el molde de 500 gramos porque pesa mucho el relleno. Los Stollen, el tipo alemán que es más achatado, más húmedo, tiene más frutas, pesa más de un kilo, es muy pedido y se vende muy bien", cuenta Catalina.

Además de sus exquisitos sabores, cada uno de sus productos cuenta con una presentación delicada y de buen gusto que termina de atrapar a los golosos y a los más detallistas.
Stollen
* Con chips de chocolate, nuez y naranja confitada: 1.200 pesos
* Mix de frutos secos (avellanas, nueces, almendras, castañas de caju y maní sin sal): 1.500 pesos
* Mix tropical (pasas, frutas abrillantadas y frutas glaseadas): 1.000 pesos
* Todos pesan 1,2 kg.
Panes dulces
* Con chips de chocolate: 730 pesos
* Mix de frutos secos (nueces, almendras, castañas de cajú y maní sin sal): 950 pesos
* Mix tropical (frutas abrillantadas, pasas, frutas glaseadas: 750 pesos
* Pesan 700 gr.
Pedidos
Instagram : @catalina_pasteleria1
Facebook: Catalina Cámpora Pastelería Artesanal
Teléfono: 264 417 4374
