Histórico conductor de Telenoche, ayer a los 80 años falleció el periodista y presentador César Mascetti, quien supo formar una sólida dupla televisiva con Mónica Cahen D’Anvers -quien fue su pareja- entre 1991 y 2003, que luego pasó a Radio del Plata hasta 2015. Comenzó en el diario El Independiente, fundado por su abuelo Alejandro Mascetti, que continuó su padre. Trabajó en Clarín y La Razón hasta que en 1971 ingresó a Canal 13, donde también hizo Mónica Presenta, Desayuno y El Espejo, entre otros. Con El Espejo, que se emitió entre 1984 y 1986 en el 13 y luego pasó a ATC, llegó a San Juan. Alejandro Escobar, docente de Televisión en la FACSO y parte del equipo de la Subsecretaría de Información Pública, trabajó con él las dos veces que el envío, que se transmitía en vivo desde diferentes ciudades de Argentina, vino a la provincia.
"Fueron dos ciclos de una semana. La primera vez, en 1985, vino con Silvina Chediek, que había debutado hacía poco en televisión", contó Escobar a DIARIO DE CUYO. "Culto, humilde, simpático, ¡un tipazo! Por algo le decían ‘gaucho’. Habían pedido apoyo y desde prensa de Casa de Gobierno nos asignaron a Garramuño y a mí. Fueron días a full con ellos, sin horarios, por todos lados, Jáchal, Valle Fértil… Cuando volvió, ya con ATC, pidió el mismo equipo, así que ahí estuvimos de nuevo con él", agregó Escobar, quien trabó una linda relación con Mascetti y guarda gratas anécdotas. Durante años estuvieron en contacto e incluso fue a visitarlo a San Pedro, donde lo recibió cálidamente y rememoró perfectamente su paso por la provincia, los lugares que visitó y la gente que conoció.
Entre los recuerdos que Escobar compartió en redes hay un fragmento del envío donde César tiene en brazos a una nena (foto). Es Ana Paula, hija mayor del cámara, de por entonces un año y medio. Haciendo El Espejo, quiso sacarla al aire para que los padres de Escobar, oriundo de Buenos Aires y radicado aquí en el ’82, la vieran. Como les había avisado que el programa saldría desde la provincia, lo estaban viendo, pero grande fue la sorpresa de los abuelos cuando Cesar dijo que la nena que tenía en brazos era su nieta, una anécdota que cobró un significado especial.
