Por segundo día consecutivo, Susana Giménez acompañó a Marley en un recorrido por las calles de Miami. La nueva temporada de Por el mundo (Telefe) cuenta con la participación especial de la diva, y recorren juntos algunos lugares icónicos de la ciudad norteamericana. La amistad entre ambos es de larga data, y la complicidad se escapa de la pantalla por momentos. Mientras daban un paseo en un lujoso auto, la conductora se animó a hacer pública una particular situación que está viviendo con su nieta, Lucía Celasco, durante su estadía en Estados Unidos.
Luego de ver un cartel que decía “Rent” (alquila) en un edificio, la diva trajo a colación las dificultades que atraviesa para conseguir un lugar para la hija de Mercedes Sarrabayrouse y Eduardo Celasco: “Acá no conseguís departamento alquilado fácil, con Lucía por ejemplo yo le digo que no se alquile algo de 4000 dólares por mes porque lo tiene que pagar ella, que es la socia”. Al tanto de los entretelones de la convivencia entre abuela y nieta, el conductor recordó que hace poco la joven de 26 años abrió una boutique de ropa en el barrio de Wynwood.
“Quiero que se vaya de casa, y no se va”, comentó sin filtro Susana, ante la mirada atenta de Alejandro Wiebe. Luego se explayó en los motivos de su reclamo: “Tiene un sillón cama, que lo abre y nunca más lo cierra hasta el día en que se va; no cuelga la ropa, es tremendo, su placard son las valijas”. También aclaró que su hogar tiene dos cuartos arriba y uno abajo, donde suele instalarse su nieta, y se sinceró sobre los roces que tienen por la falta de organización: “Yo soy maniática con el orden, ayer ya pasé la aspiradora, y encima me quemaron la pava francesa con un amiga”.
“La dejaron puesta, con en el gas de acá que calienta en un minuto, y se fueron un poco más hasta Buenos Aires”, remató con total honestidad. Ante la risa del conductor la diva le confesó: “Le digo todos los días que se vaya y no se va”. Más adelante entraron a degustar algunos tragos y platos latinoamericanos: desde tacos mexicanos hasta picadas cubanas, además de mojitos de variados sabores. En medio del recorrido por un extravante local de joyas para perros Susana retomó el tema de su nieta, y aclaró que todos sus dichos fueron en tono de broma.
“Lucía es la única de la familia que va a trabajar, aparte de mí”, sostuvo con una pícara sonrisa. La dupla también caminó por la célebre Ocean Drive, que cuenta con un pulso modificado al habitual como consecuencia de las restricciones en torno a la pandemia del coronavirus. “Este lugar siempre pasaban los autos, se escuchaban bocinazos, pero ahora decidieron cerrar la calle y todos los restaurantes la usan para poner mesas, como ocurre en el centro de la Ciudad de Buenos Aires”, comparó Marley.
“¡Quedó mucho mejor! Quedó lindísimo porque era un lío de autos”, acotó la diva. Como la transmisión del móvil es en vivo cada noche, los argentinos que viven en Miami no tardan en acercarse hasta donde se encuentre la conductora y la ovacionan a la distancia. “La gente la aplaude a Susana y le dicen que la aman, y después me tiran a mí un: ‘A vos también te queremos’, así como de última, por compromiso”, bromeó el conductor, al tiempo que la diva agradeció con su latiguillo característico: “¡Gracias… ay, mi amor!”, sorprendida por el cariño de la gente.